Copado. Con el ánimo por las nubes y la confianza al máximo nivel. El Azul brilla más que nunca porque parece haber encontrado el camino de las victorias. Y es que lo necesitaba como al propio aire para mirar el futuro con otra expectativa.
Fue una semana futbolística ideal para Independiente, primero porque se sacó la espina en el torneo contra Douglas Haig y luego enterró el karma de la Copa Argentina, donde nunca había pasado la ronda inicial. Dio el batacazo ante Huracán- campeón de la edición anterior- y sueña con llegar a lo más alto.
Desde el juego el equipo ha mostrado varias facetas, pero al mismo tiempo se va consolidando en aspectos importantes que terminan por darle un balance positivo en el desarrollo colectivo.
Está claro que no le sobra nada al conjunto de Pablo Quinteros desde los nombres y el rendimiento, aunque si se convence de la identidad que busca el DT puede darle pelea a cualquiera e intentar ser protagonista en ambas competencias.
Si hay un común denominador en esta mejoría es la personalidad. La tuvo en el Gargantini para ganar con un hombre menos y la repitió en Córdoba jugando de igual a igual ante el Globo, dejando atrás cualquier diferencia de categoría.
Tal vez los hombres más experimentados del equipo entendieron que deben marcar el terreno para los jóvenes en un momento crítico, y los más chicos supieron asimilar las cosas y saber que pueden ser fundamentales cuando sean requeridos. Lo demostraron Cerutti y José Méndez contra el Globo, jugando con desparpajo y convirtiéndose en piezas trascendentales en la victoria.
El combo de los últimos días ha sido perfecto. Aún con limitaciones la Lepra contó con la inteligencia para leer lo que más le convenía. Frente a rivales de diferentes características, impuso libretos distintos y le salió muy bien.
Ahora el desafío es doble para el adiestrador y los futbolistas, y es tratar de mantener la línea y potenciar las virtudes al máximo. El plantel encontró algo de tranquilidad- también desde lo económico- y eso es un valor agregado en toda tarea.
No desviarse. Seguir a paso firme. Es la nueva misión en el Parque. Porque el golpe de timón ya está dado.
