El Tomba tenía una única misión. Después de haber quedado eliminado de la Copa Argentina ante San Lorenzo, el equipo de Sebastián Méndez debía dar vuelta la página y enfocarse en tratar de reencontrarse con la victoria y parte de su juego ante el último campeón.
Sin embargo, esta nueva versión de Godoy Cruz anda lejos de aquél y ya no “tomba” rivales como en el semestre pasado. Le cuesta horrores volver a ser ese que protagonizó triunfos notables, como el 2-1 ante el River de Gallardo en el mismísimo Monumental, la goleada (4-1) ante Vélez, las recordadas victorias en cancha de Banfield y Quilmes o la reacción épica para igualarle (2-2) al Lobo platense un partido que lo tenía contra las cuerdas.
El Expreso ya no es ese conjunto confiable. Le cuesta muchísimo ponerse el traje de actor principal y salir a escena. Y parte de las respuestas hay que buscarlas en esas cuatro ausencias clave que el entrenador no logra suplir con lo que tiene a mano y que, justamente, son los puestos que más ha rotado el Gallego desde que empezó el campeonato.
La respuesta individual es la que termina configurando la propuesta colectiva. Y este equipo no logra disimular las enormes carencias (y los huecos) que dejaron las partidas de Ortiz, Ceballos, Godoy y Zuqui, este úlitmo en mayor medida. Porque el equipo no posee un organizador de juego, ese futbolista que se desdoble con la capacidad con la que lo hacía el hoy jugador de Boca en la transición defensa-ataque. Y así es cuesta arriba.
“Que el árbol no tape el bosque”, había sido una de las columnas de este cronista post triunfo (2-1) ante Unión. Estaba más que claro: Godoy Cruz había ganado y nada más.
Las limitaciones que habían comenzado a avizorarse ante Huracán, quedaron más de manifiesto que nunca en esta semana negra en la que le tocó bailar con la más fea: enfrentar a dos de los mejores de Argentina (San Lorenzo y Lanús).
Y si el Ciclón le había encestado un golpe psicológico, el de ayer, significó un impacto material, objetivo y sustantivo que no se puede soslayar.
Y no se puede establecer como argumento exclusivo de responsabilidad a esa enorme chance que tuvo Ángel González que indudablemente “hubiese cambiado el partido” . Lanús lo ganó casi por decantación...
Los problemas tombinos están a la vista. Es cierto, ya nadie devolverá esas piezas que hoy faltan y que ayer lucían aceitadas para que la maquinita del Expreso funcionara mejor. Está claro que para que este Tomba vuelva a engranar como hace cinco meses, hacen falta mucho más que cuatro apellidos.
Méndez: "Tengo apoyo y fuerzas"
“No estamos bien en lo futbolístico y en relación a la parte anímica, hay que levantarse lo más rápido posible. Debemos sumar puntos, no nos gusta vernos abajo. Cuando empezamos tenía otras expectativas, nos está costando mucho, es visible y es la verdad. Ustedes saben que no me gustan las excusas, hay que reconocer que no estamos bien y pienso que podemos solucionarlo porque hay material. Tengo fuerzas y el apoyo del presidente, la gente, los jugadores y el club. Sobre los rumores de mis salida, están atentando contra mi trabajo, molesta y es una cuestión de desgaste. Es una falta de respeto. En Mendoza todos saben qué pasa y cómo son las cosas. Yo siempre me hago responsable en las derrotas, ahora vamos mal si cada vez que perdemos un partido ponen en duda mi continuidad. En el semestre pasado nunca pusieron en duda mi continuidad. Si hay peleas a nivel institucional o de otra índole, a mí no me corresponde”.