Ya lo dijo Méndez: “El equipo pasado es historia, ya pasó, este es otro elenco”. Al Gallego no le cierra demasiado cuando le preguntan sobre el Tomba del semestre anterior, a la hora de compararlo con su actual modelo.
Y tiene razón. El conjunto que llevó a Godoy Cruz a la tercera Copa Libertadores entró en la historia, pero no se parece a este. Especialmente por el rendimiento y el funcionamiento colectivo.
Hay varios nombres que cambiaron, y no hay dudas que esto influye para que pueda desplegar su mejor versión.
Todo eso te traduce en que la identidad del Expreso se encuentra en veremos. El ADN no se conoce en este primer tramo del certamen.
Por ahora navega en el laboratorio...
El adiestrador todavía no puede darle firmeza al fondo, pese a que tiene la mayoría de los apellidos, apostó mucho por Alvarado (central y Benítez (lateral izquierdo), pero ambos no se han podido afianzar. Están lejos de la prestancia de Ortiz y la regularidad de Ceballos. Habrá que ver si Galeano y Cobos pueden hacerse fuertes si el DT les da continuidad.
La defensa ha sufrido bastante en los cuatro compromisos del campeonato, nunca dio sensación de seguridad.
El punto más flojo se da en la mitad de la cancha, con un Pol Fernández bajo para la creación y el pase limpio. Y es evidente que el Tomba lo siente mucho. Encima Silva tampoco muestra todo su buen repertorio.
Méndez no modificó el sistema táctico pese a los vaivenes y el escaso fútbol, pero sí lo hizo con varios hombres en puestos importantes.
El lugar de volante central es un espacio sin dueño absoluto, primero la puesta fue el pibe Andrada y ahora asoma maxi Correa. En el dispositivo del técnico, es determinante ese jugador.
Mientras que en el costado derecho no sobresale ninguno, dejando al descubierto que hay mucho por mejorar.