Nueve meses exactos han pasado de, quizá, el último de los días tristes que vivió el hincha de Godoy Cruz. Fue el 23 de octubre de 2017. Sí, el día de la eliminación insólita en los cuartos de final de la Copa Argentina pasada, a manos de Rosario Central.
El Tomba de Mauricio Larriera ganaba 2-0, se floreaba y estaba a poco más de 90 minutos de meterse en la Copa Libertadores de este año. Pero Javier Correa pecó de egoísta -hizo una de más- cuando tenía el tercero y dejó a Central con vida. En una ráfaga imposible, el Canalla lo dio vuelta y dejó nocaut al Tomba. Tanto, que poco más de un mes después se quedó sin DT.
Lo posterior es historia archiconocida. De la mano de Diego Dabove, el equipo tuvo un primer semestre de 2018 de ensueño y finalizó como escolta, a dos unidades del bicampeón Boca.
Esta noche, en el mismo escenario de aquella desilusión, el Tomba afronta el primer paso de la revancha. Será, además, el primer desafío de la temporada ante un rival al que no puede subestimar.
El CADU de Zárate viene dulce tras lograr el ascenso hace poco más de dos meses a la Primera B Metropolitana y tiene una delantera integrada por dos viejos conocidos del fútbol de elite y el ascenso: Andrés Franzoia (ex Boca y Huracán, entre otros) y Javier Velázquez (ex Racing y la Lepra).
El Tomba, que desde ayer concentra en la localidad cordobesa de Salsipuedes, se reforzó con cuatro jugadores (Andrés Mehring, Diego Sosa, Iván Ramírez e Gabriel Ávalos) y esta noche no tendrá a tres futbolistas clave en la estructura del subcampeón: el arquero Burián (se fue a Colón), el delantero Juan Garro (pasó a Huracán) y volante Pol Fernández, quien arrastra una suspensión en esta Copa y por estas horas negocia su contrato con el Santos Laguna.
