"Viene bien este parate para trabajar y recuperar jugadores, pero me gustaría jugar mañana para sacarme la bronca", las palabras del entrenador Diego Dabove en el estadio Juan Carmelo Zerillo de Gimnasia y Esgrima de La Plata, luego de perder por tercera vez consecutiva, son más que lógicas.
La actualidad de Godoy Cruz sorprende a propios y extraños. Y también preo-cupa. Porque nadie, en su sano juicio, podrá negar que el Expreso está atravesando una situación grave. Es cierto, no es dramática ni mucho menos porque el equipo no sufre problemas con el promedio para el descenso.
Pero desde lo futbolístico, está más que claro que pasa por un proceso de transición. Dabove no encuentra el equipo. Y lo más notable al ojo de buen cubero: le cuesta horrores convertir. De hecho, ha marcado apenas 5 goles en ocho partidos. Como visitante, esa estadística es aún peor: 1 gol (y en contra) en cuatro presentaciones. Demasiado pobre.
"Hay que seguir trabajando, no hay mucho más para agregar. Hemos perdido tres partidos y hay que dar la cara. Tenemos que ordenar la casa porque es evidente que no está en orden", agregó el DT en la zona mixta del estadio platense.
Es momento de reflexión. De sacarle punta a la crítica para que sirva como espada de la revancha. El buen equipo de Aldosivi de Mar del Plata está en el horizonte tombino. Porque este es el tiempo del vísteme despacio que estoy apurado.
