De local te liquida. No importa si juegue bien o mal. Este Godoy Cruz se hizo imbatible en el Malvinas y ayer cosechó su séptima victoria en fila gracias al 2-1 frente a Belgrano de Córdoba.
El equipo que ahora conduce Diego Dabove camina firme al objetivo que se trazó: jugar por cuarta vez en su historia la Copa Libertadores. Con los tres puntos que sumó ante el Pirata, el Tomba llegó a 27 y quedó cuarto, por detrás de Boca, Talleres (Cba.) y San Lorenzo.
La victoria no fue sencilla para el Expreso porque se topó con un rival que hace de la táctica y la estrategia su mejor arma. Lo que anticipó Dabove en la semana se cumplió y fue una verdadera batalla táctica.
A pesar de que Godoy Cruz llegó temprano al gol con la palomita de ‘Juanfi’ Garro, a los 7 minutos, tras un centro perfecto de Angileri desde la izquierda, el ‘Pirata’ se le plantó y con una presión alta lo llevó a cometer algunos errores.
Justamente, a la salida de un córner llegó el empate de Belgrano. El Tomba falló en la marca en zona y de entre las sombras apareció como un tren Cristian Lema para ganarle a todos y meter un frentazo inatajable para Burián. Así las cosas como al principio. pardas.
Godoy Cruz sintió el golpe y Belgrano tenía todo en bandeja para volver a lastimar. Sin embargo, tampoco estuvo fino en los últimos metros y por suerte solo se trató de una falsa alarma.
Juan Andrada se hizo fuerte en el medio y se cansó de recuperar balones, aunque no estuvo del todo fino a la hora de la distribución. Ángel González no fue el de otras tardes, pero con su velocidad mantuvo atentos a los marcadores rivales.
De todas formas, fue Juanfi Garro el que se puso el equipo al hombro. Esta vez no solo fue entrega y largas corridas, sino también la agregó la pausa que necesitaba el equipo. Otra gran tarde en la que el Malvinas lo despidió de pie cuando fue reemplazado en la parte final.
Justamente, el segundo tiempo no fue de los más emotivos. Solo hubo una situación de gol y fue la que aprovechó el Morro García para despertar el delirio en las gradas. El uruguayo aprovechó una desinteligencia entre el arquero Acosta y Lema y solo tuvo que empujarla para el gol del triunfo.
Esta vez no le sobró fútbol al Tomba, pero si hambre de triunfo. Buscó de principio a fin y encontró el premio mayor cuando parecía que la racha de victorias seguidas llegaba a su fin.
Tres puntos que lo colocan en la conversación y lo acercan al objetivo de ser otra vez internacional.
Ahora el Expreso tendrá una semana normal y tiempo para descansar y trabajar en lo que será la visita a River el próximo domingo en el Monumental. Será sin dudas un buen parámetro para saber dónde está parado y hacia donde va este nuevo Tomba.