Un mosaico diferente dejó las elecciones legislativas en ambas cámaras del Congreso. Si bien el kirchnerismo seguirá manejando con ayuda de sus aliados el control del Senado y de Diputados, habrá cambios en las relaciones de fuerza con la oposición y entre las diferentes bancadas no oficialistas.
El primer dato a recalcar es que el Frente para la Victoria tendrá 117 diputados, contando entre ellos los seguidores del gobernador misionero Maurice Closs, quien amenazó con armar su propio bloque hace unos meses pero no ejecutó la medida. A ellos suma aliados de Nuevo Encuentro, del Frente Cívico por Santiago, del PJ de Salta y de La Pampa, a un parte del Movimiento Popular Neuquino y a dos monobloques de Tierra del Fuego.
En total, los socios adicionan 16 y la cifra total del oficialismo es 133. En el Senado, el Gobierno tendrá 33 legisladores propios y seis aliados, lo que suma 39 votos, sólo dos más que los 37 necesarios para el quórum.
Debido a que ya no tiene tanta holgura en los números, el kirchnerismo deberá agudizar sus estrategias de "fidelización" de aliados. Sobre todo en el Senado porque entre los seis socios que contabiliza están Carlos Menem y la liberal correntina Josefina Meabe, que no suelen asistir a las sesiones.
Por eso las figuras de las peronistas Roxana Latorre (Santa Fe) y María Higonet (La Pampa), del ex radical José Roldán (Corrientes) y del ingresante José Garramuño (Tierra del Fuego) cotizarán más alto para la Casa Rosada.
En Diputados, pasa más o menos lo mismo, con el agravante de que en este cuerpo el tránsito del oficialismo a la oposición es más cotidiano entre las bancadas menos numerosas según las necesidades del Gobierno para cada ley.
El kirchnerismo necesitará de la neuquina Alicia Comelli, quien como el gobernador de su provincia Jorge Sapag está alineada con la Nación, pero no podrá contabilizar al resto del bloque del Movimiento Popular Neuquino porque los dos diputados ingresantes responden al sindicalista opositor Guillermo Pereyra (electo senador).
También deberá garantizarse el respaldo de un diputado pampeano y de otros dos salteños que llegan por el sello del PJ y no del FPV y de un fueguino que arriba por la Unión Metalúrgica. Sin ellos, no tendrá quórum ni mayorías especiales para leyes clave. Más claro está el apoyo de los cuatro de Nuevo Encuentro o de los siete santiagueños de Gerardo Zamora.
El radicalismo seguirá siendo la bancada mayoritaria en Diputados (42 si se suman aliados). Seguido por el Pro de Mauricio Macri y del Frente Renovador de Sergio Massa, que tendrán 17 diputados cada uno. Los socialistas tendrán 10 bancas pero agregan los 4 del GEN, 2 del juecismo, 3 de Unidad Popular y a Victoria Donda (Libres del Sur) ya que todos apoyan a Hermes Binner, que llega como diputado.
Otra novedad es que todo el abanico del peronismo no K llegará a 34 escaños, contando los 17 de Massa, los tres del delasotismo, los dos de Das Neves, los seis de Rodríguez Saá más algunos "sueltos" como el duhaldista Carlos Brown, Francisco De Narváez, los sindicalistas Omar Plaini y Facundo Moyano, el ex K Rubén Sciutto o referentes del PJ salteño y santafesino. La cifra se aproxima así al número de todo el radicalismo y es sustantivamente mayor a lo que reúne en la actualidad todos los bloques peronistas anti-K.
En el Senado, también la UCR seguirá siendo la segunda fuerza, con 15 escaños. Los peronistas disidentes tendrán seis y aparece como novedad el Pro con tres legisladores.
El otro dato que dejó la elección es la sorpresiva conformación de un bloque trotskista en Diputados gracias a la excelente elección que hizo el Partido Obrero en Salta, Mendoza y provincia de Buenos Aires.
