El Gobernador y los planteos sectoriales

En años electorales como el actual, muchas de las expectativas de funcionarios y dirigentes políticos están centradas en los grandes actos masivos que congregan a determinados sectores de la economía provincial.
 
Y se da allí una doble circunstancia: el Gobierno intenta mostrar su mejor imagen y la realización de obras, mientras los dirigentes sectoriales utilizan el momento para dar a conocer su posición respecto de la situación por la que atraviesan.

Sucedió en la Fiesta de la Vendimia y se repitió días pasados con la Fiesta de la Ganadería de Zonas Áridas, aunque en este último caso el mandatario provincial debió sufrir el trago amargo que significó un fuerte reclamo por la caída de la competitividad, por las demoras en la devolución de retenciones por exportaciones o del IVA y esencialmente por la "debilidad" del reclamo que hace ante las autoridades nacionales.

No se trata de una situación nueva ni debe haber sorprendido al Gobernador. Los problemas planteados por la falta de competitividad de los productos locales en los mercados internacionales como consecuencia de un dólar desfasado y una creciente inflación interna o los inconvenientes financieros que le generan a las empresas las demoras en la devolución de impuestos por exportaciones han sido reiterados, especialmente desde el sector vitivinícola, la principal actividad agrícola provincial y la más ordenada desde el plano dirigencial, y se ha ratificado en otras actividades, como las frutas o las hortalizas.

Quedó claro en el mensaje que la Coviar -la Corporación Vitivinícola Argentina- dio en el desayuno vendimial y luego fue ratificado en el agasajo de la Vendimia. Con un aspecto no menos preocupante: durante el agasajo hubo discursos de parte de funcionarios nacionales que evitaron hacer alusión al fondo del problema y sólo se dedicaron a destacar el crecimiento alcanzado por la actividad, aun a pesar de que ese objetivo se logró por el esfuerzo desarrollado por la actividad privada.

La gran diferencia entre el planteo efectuado en los actos vendimiales y los de la Fiesta de la Ganadería radican en el tono en que se realizaron. El discurso del representante sureño fue directo y específico:

"Es usted la persona en quien confiamos para que de una vez por todas el poder central escuche el reclamo más que genuino de las economías regionales, que mantienen al sector productivo y a la mayor cantidad de mano de obra del sector económico", dijo el presidente de la Cámara de Comercio de General Alvear, asegurando luego que el Estado (nacional) es "incompetente" y reclamando la devolución del IVA y los derechos de exportación, a los efectos de que funcionen en forma dinámica "y no como un sistema de premios y castigos".

El enojo de la dirigencia que representa a las economías regionales tiene su fundamento. El Gobierno nacional ha dado muestras más que acabadas de que su interés radica esencialmente en lo que sucede en la Pampa Húmeda y en los ingresos que pueden llegar al país por determinados cultivos, como la soja (que ahora dejó de ser un "yuyo"), el trigo o el maíz.

Sólo se ocupa de los problemas de otras zonas del país cuando ocurren hechos graves y determinados, como sucedió cuando la principal olivícola de La Rioja anunció el cierre -también por falta de competitividad- y el gobernador de esa provincia debió salir desesperado a buscar una solución rápida al problema. Pero fue una solución circunstancial, que no llegó al fondo del problema.

No se puede negar que la Pampa Húmeda es fundamental para la economía nacional, pero no por ello se puede dejar en el olvido al resto del país, como pareciera estar ocurriendo. Es el momento, entonces, en que los gobernadores se planteen con seriedad el rol que les cabe al haber sido electos para defender los intereses de sus provincias. Así se los imponen los ciudadanos que los eligieron. De lo contrario se convertirán en simples delegados federales de un país cada vez menos federal.