El basural de San Martín está a unos cinco kilómetros al norte de esa ciudad y allí, en un enorme predio cerca de la ruta 7, son unas 40 las camionadas municipales de residuos que vuelcan su carga diariamente. Junto al basural está la calle Barrera y también las precarias viviendas de unas 140 familias que, de una u otra manera y desde hace 30 años, viven de la basura y de rescatar lo que otros tiran.
Hace cuatro años, unas 30 familias de la calle Barrera decidieron unirse y formar una cooperativa de trabajo para sumar esfuerzos, evitar intermediarios en la venta de lo que recuperan y, así, sumar algunos pesos más a sus flacos bolsillos.
La cooperativa se llama "El Humito" y poco a poco aquellos que la integran han ido dando forma a sus proyectos. Hoy, con la ayuda de la comuna, tienen a medio terminar la construcción de un galpón de 30 metros por 15, donde planean hacer más organizado, rentable y saludable el trabajo de clasificar la basura, que hoy se realiza a mano y en los lugares en que los camiones hacen la descarga.
Ayer, el gobernador Francisco Pérez, junto a su gabinete y al intendente Jorge Giménez, fueron hasta el basural y se reunieron con las familias de la cooperativa, para escuchar sus inquietudes, acercar recursos y prometer nuevos trabajos.
Según datos de la comuna, al galpón de la calle Barrera le faltan 1,5 millón de pesos para quedar terminado. El gobernador hizo ayer su aporte y la provincia entregó un cheque por $ 363.000 para avanzar con los trabajos. Aunque falta plata, el gesto fue recibido con un largo aplauso de todos los vecinos.
Lo otro, la cinta mecánica necesaria para clasificar la basura que traen los camiones municipales, tiene un costo que ronda el millón de pesos y, entre los vecinos de la calle Barrera y la comuna, han hecho gestiones para conseguir la máquina en la nación, pero todavía no han tenido suerte. Pérez se comprometió también a ayudar para acelerar esas gestiones.
"Es que el galpón terminado sin la cinta transportadora no tiene mucho sentido", comentó Julio Salomón, un referente entre los integrantes de "El Humito".
Ésta es la segunda oportunidad en que el gobernador Pérez visita el basural de San Martín y a sus vecinos. La primera vez fue hace unos 20 días, cuando se dejaron inaugurados unos trabajos para dotar de baño y un ambiente más a las casas que hay junto a la calle Barrera. Fueron un total de 80 ampliaciones para unos ranchos que pasaron a ser módulos habitables.
"Esta gente lleva 35 años viviendo acá, son tres generaciones. La idea no es hacerlos emigrar sino que tengan un trabajo digno, que clasificar la basura sea una tarea a la que le podamos sumar tecnología e infraestructura", dijo.
Además, la comuna y la provincia anunciaron un proyecto para asfaltar la calle Barrera, que siempre ha sido de tierra y, más que de tierra, sólo de pozos y barro. "Mejorar las viviendas, la calle, hacer la cunetas, los cordones, terminar el galpón, una plaza y un centro de salud, en eso vamos a trabajar", aseguró Giménez.
No todas las familias que viven junto al basural de San Martín están en la cooperativa ya que, como suele ocurrir con este tipo de agrupaciones, hay quienes dicen que son unos pocos los que se llevan las ganancias. Pérez y Giménez insistieron en unir esfuerzos y en dejar las diferencias de lado.
Cuando finalmente el galpón esté listo y con la cinta transportadora instalada, habrá trabajo para unas 35 familias. Hay un proyecto más amplio y que incluye nuevos espacios a construir, para que el total de trabajadores llegue algún día a 90 familias. La mayoría de los vecinos está entusiasmada con ese futuro y pide a los políticos que los sigan teniendo en cuenta.