Gladys Ravalle: “me quedaron algunas maripositas después del acto”

La actriz y directora cuenta que se emocionó en la ceremonia que la distinguió con el título de Embajadora Cultural de Mendoza, aunque reconoce que todavía no tiene muy en claro de qué se trata ni cuáles son sus responsabilidades.

Gladys Ravalle: “me quedaron algunas maripositas después del acto”
Gladys Ravalle: “me quedaron algunas maripositas después del acto”

Si bien al anuncio oficial se lo hicieron hace varios días, Gladys Ravalle estuvo todo el fin de semana con algunas mariposas, plumitas, un montón de bichos molestando en la panza. Ella sólo tenía que ir y cumplir con ciertos protocolos ceremoniales, como por ejemplo saber por cuál puerta entrar o salir, aunque a ciencia cierta no tenía la menor idea de qué se trataba aquel acto del lunes por la mañana en Casa de Gobierno.

"El domingo a la noche dormí como una novia", reconoció. "Cuando recibís la noticia y aceptás, a partir de allí no te enterás de casi nada, sólo de cierto protocolo que cumplir, pero no te dicen en qué va a consistir el acto propiamente dicho. Además, vos tenés la libertad de invitar a quien quieras".

La tarjeta de invitación que fue repartida tanto vía física como virtualmente a los amigos de Gladys declaraba: "Entrega de reconocimiento como Embajadora Cultural a Gladys Ravalle; 11.30 del lunes 8 de junio, en el Salón Patricias Mendocinas, cuarto piso, Casa de Gobierno". La tarjeta misma no daba tampoco muchas pistas.

"Para mí fue muy conmocionante. Por un lado, el gobernador se había quebrado un tobillo jugando a la pelota y tenía una bota. Me enteré que había dejado dicho que estuviera como estuviera de la pierna 'a lo de Gladys voy'”, relató Ravalle desde su casa.

A lo largo de la mañana del lunes, Gladys se fue enterando de varios testimonios y opiniones de sus más queridos compañeros de tablas.
Por ejemplo, Ernesto Suárez: "Es muy lindo este reconocimiento, es una caricia de toda la gente de la cultura. En Gladys se junta el talento, la generosidad y el concepto de patria de un país. Una luchadora por todo lo que representa la Provincia, ella nunca quiso irse de acá y en eso coincidimos, porque no dejamos Mendoza".

Los acompañantes
Lo primero que sucedió al llegar junto a su hijo Juan Cristóbal Comotti, a quien ella define como "Mi fortaleza donde me apoyo", fue pasar a una oficina más íntima para entrar en confianza con el gobernador, armando así una especie de previa un poco informal.

Allí le regalaron cosas preciosas, como una manta muy bella tejida por mujeres huarpes, vinos exquisitos y varias obras de arte. "En esa oficina entramos un poco en confianza. Sirvió para tener una charla más franca, más directa, con respecto al teatro, al quehacer cultural, las inquietudes del ministerio, el por qué han decidido a hacer este tipo de nombramientos", describió la actriz.

Por su lado, Paco Pérez  expresó: "Gladys es mucho más que su trayectoria. Ella es una personalidad de nuestra Mendoza", dijo Pérez durante la ceremonia. "Gladys es un emblema del teatro mendocino, por todo lo que ha hecho como actriz y como docente teatral, en casi 55 años de pasión. Todos la recordamos en distintos escenarios, con diferentes vestuarios, representando obras clásicas y modernas", añadió.

De allí Gladys y su hijo Juan fueron conducidos a un salón más grande en el que ya estaba esperándolos mucha gente con micrófonos, cámaras y muchos amigos, entre ellos, otros recientes nombramientos con el mismo título de embajadores culturales como Ernesto Suárez, Carlos Levy y Pocho Sosa.

"Nos sentamos con la ministra de Cultura, Marizul Ibáñez, por un lado, y por el otro, el Gobernador. Lo primero que me salió decir cuando tomé el micrófono por primera vez fue : "Gracias a todos por estar aquí, porque ustedes ocupan el piso más alto en el conventillo que tengo en mi corazón". Y las emociones fueron creciendo.

Entredichos
"Gladys siempre puso el cuerpo - dijo Pérez -, no sólo desde lo artístico. También puso el pellejo en la lucha por la democracia y por un mundo más igualitario. Una gran militante de las causas justas y ese compromiso tuvo su costo. Declarar Embajadora de la Cultura a Gladys Ravalle es, además de un honor y un placer, un acto de justicia", finalizó el mandatario.

La actriz retomó la crónica: "Fue una experiencia muy tocante porque soy una persona de impronta. Podría hablar hasta en la Plaza de Mayo pero no sería capaz de escribir dos líneas seguidas. Tengo mucha censura sobre la palabra escrita, pero sí puedo hablar sobre el momento de lo que siento, esté con quien esté y hablé precisamente en ese momento sobre lo maravilloso que es vivir la democracia.

Fui descargándome de lo que pasamos en la dictadura, lo que nos ha costado a las mujeres ser mujeres en estos años que tengo de vida. Lo que nos ha costado remar el teatro independiente. Lo que ha significado todo este tiempo el trabajo de hacer teatro. Uno pensaba que este tipo de reconocimientos se les daba sólo a los deportistas, a los que se la pasan pegando piñas o saltando muy alto. No caía que podía alcanzar a nuestros artistas. Esto ha sido muy maravilloso".

Agrietar las formalidades
"Pérez habló  de los derechos humanos, de toda una pelea, y luego Pocho Sosa cantó el vals  'La flor de Guaymallén' y Juan me sacó a bailar en el medio del acto oficial. Se rompió el protocolo aunque se transformó en el momento más emotivo de la ceremonia. Ya me sacó uno, me sacó otro y el señor gobernador se levantó de su asiento y con su bota ortopédica bailó un ratito conmigo", rememoró Ravalle.

"Llegó un momento en que todos nos sentimos con el corazón desnudo, profundamente agradecidos, y fue muy hermoso. Siento mucha alegría de que en la vida me pasen cosas extraordinarias como ésta".

Los días después
"Me quedaron algunas maripositas después del acto. Me quedó un reflejo hermoso de rostros, me quedó el calor de los abrazos de los amigos y las palabras", reconoció Gladys, que comparó aquel momento como el estallido de una bomba.

"Los artistas somos especialmente pacifistas y somos humanistas. Un artista más, un soldado menos, decimos siempre. Pero la hemos pasado bomba, porque el corazón palpitó como una bomba".

Todos sabemos quien es Gladys Ravalle. Ha realizado más de 100 obras, fundó al menos 15 salas teatrales, trabajando con los grandes popes de la actuación local, como Ernesto Suárez, Mario Ruarte y Daniel Quiroga.

Fue una de las fundadoras del  Joven Teatro Goethe y le dio clases a una nueva camada de talentosos de actores y directores, como Alicia Casares, Diana Wol, Dario Anís, Marcelo Lacerna,Víctor Arrojo, Sandra Viggiani, Gustavo Casanova, Silvia del Castillo y muchos más.

Además, junto a Norman Briski y otros actores, fue distinguida con el Premio Especial a la Trayectoria Nacional.

-¿Qué implica ser Embajadora cultural?

-En realidad, no lo sé bien todavía. Está todo explicado en un cuadernillo que me adjuntaron junto al diploma pero no lo he leído todavía. Veremos de qué se trata. Veremos cuáles son mis responsabilidades.

-¿Qué proyecto hay más adelante?

-Desde hace varias semanas Juan Comotti y yo estamos ensayando una obra que todavía no tiene fecha de estreno y aunque no puedo dar más detalles, te puedo contar que está basada en un texto de Alejandra Pizarnik. Hay un equipo de trabajo que está ensayando fuertemente para prepararnos para el estreno en algunos meses.

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