Gisela Campos: “Hoy puedo hacer lo que quiero”

Conduce “Noticiero 7 Medio día”, “Tardes compartidas” y tiene su programa de radio en la mañana de FM Una. En primera persona, una de las personalidades más populares de la televisión mendocina cuenta sus inicios en la pantalla, la vuelta a las noticias,

Gisela Campos: “Hoy puedo hacer lo que quiero”

Mis comienzos en televisión los sufrí muchísimo. Primero no era consciente de lo que iba a hacer. Me dijeron que iba a tener alguna que otra participación en “Despierta Mendoza” a la mañana y yo creí que iba a empezar de a poco. Cuando me contaron que tenía que hacer el noticiero de la primera edición, casi me muero. Si no fuese por Leandro Valdivieso, mi compañero, que me ayudó mucho, la hubiese pasado peor. Igualmente la sufría porque no me sentía preparada.

En cambio para el actual ciclo de TV, cuando me propusieron volver al noticiero, me acordé de esa experiencia y lo pensé. Yo vengo del entretenimiento, pero apuntaron a mi carrera, que la gente me conoce y que era un desafío nuevo. La verdad, me encantó, porque con la edad, ya tengo cierta confianza, no soy ajena a las noticias. Y estaba necesitando algo diferente, echarle un poco más de sal a mi trabajo... Y acepté. Hoy me siento muy cómoda, no me siento desencajada, que a era a lo que le temía. Además nos llevamos muy bien con el equipo, aunque tenemos nuestros distintos puntos de vista, trabajamos de una forma conciliadora. Hoy estoy más tranquila.

Siempre trabajé mucho, pero cuando llega el fin de semana, lo siento. Cuando estoy con el ritmo diario no, porque disfruto todo lo que hago. Pero después, el cuerpo lo siente.

Si tuviese que priorizar y dejar alguno de mis trabajos, no sé que dejaría. A la radio la amo tanto como a la televisión. Lo que tiene la radio es que estoy más relajada, manejo los tiempos, la música tiene otra estructura. Hay una audiencia cautiva en la radio que me daría mucha pena dejar. Me siento bien en los dos medios. Tal vez en un futuro investigue otra experiencia en la radio, en otro formato.

Las sorpresas de la popularidad. Nunca me voy a olvidar de una situación muy linda, gracias a la radio. Estaba en una fiesta privada por comenzar una locución y se me acerca una chica, oyente. Me dice que me tiene que agradecer algo. Se presenta y yo la reconozco, porque los oyentes siempre dejan mensajes. Y me dice: "Te agradezco la vida". En ese momento la miré y le pregunté ¿Por qué? Y me contó que estuvo en una situación muy difícil y pensó lo peor. Una mañana puso la radio y justo estaba hablando de un tema que a ella le llegó y sintió esas palabras muy de cerca. Entonces decidió recapacitar y pensar en cambiar su realidad. Yo me quedé helada y justo tenía que subir al escenario y conducir. Esa anécdota siempre la tengo presente, como muchas. El mensaje que podés dar, y ayudar a alguien, es lo mejor. Desde ahí cambió mi concepción. Pensé que mi misión en esta vida es  trabajar en los medios de comunicación y ayudar con la palabra.

Mensajes hay miles, como las críticas, pero con el tiempo aprendí a que no me afecte. Además, es lógico que pase, a uno no le puede gustar a todo el mundo, como a mí no me gusta todo. Cuando logré analizar y aceptar eso, ya no me molestan las repercusiones.

No me arrepiento… De nada. Me alegro de haber sido descaradamente aventurada, caradura. Poco consciente de lo que hacía, pero si lo pensaba más, tal vez hoy no tendría lo que tengo. Siempre fui una persona poco confiada en mí, sentí desconfianza. Pero había una fuerza interna que me impulsaba a hacerlo. Y cuando ya estaba metida, ya estaba en el baile y tenía que bailar. Por eso no me arrepiento de nada de lo que haya hecho. Porque hoy estoy como quiero. Si fue bueno o malo, por alguna razón tenía que ser.

Por momento pensé en dejar la televisión, por alguna razón, por estrés o porque querés que las cosas funciones de otra manera, pensé en buscar otras alternativas y alejarme. Pero al mismo tiempo no logro despegarme. Sí soy consciente que todo va cambiando y que en un futuro quizás no se me dé la oportunidad de seguir en la tele. En los medios, hoy estás allá arriba y mañana allá abajo, por eso hay que estar preparado mentalmente para esos altibajos que pueden pasar. Hoy puedo hacer lo que quiero y soy feliz, pero sé que todo va cambiando y que tal vez en un futuro, yo misma decida hacer otra cosa y cada cosa cumpla un ciclo.

La espiritualidad y deseos pendientes. Mi familia es mi pilar, lo principal que tengo en mi vida. Es la cuna de donde vengo y la familia que formé, con Carlos mi pareja, que es mi principal sostén hoy. La persona que me baja a tierra, que me da el mejor ejemplo y esa persona que te hace ser mejor persona. Amistades que la vida ha ido regalando y me han dado mucho en el camino, que a través de la espiritualidad me nutrí de ellos y aprendí muchas cosas. Sobre todo a manejar el medio, porque no es fácil, cuando estás tan expuesta.

Para no olvidarte quien sos, de donde venís, hace falta mucha espiritualidad. Sí hago un ejercicio cotidiano de nutrirla y fortalecerla.

Además soy muy creyente, me apoyo mucho en Dios. Después de un momento de mi vida donde estuve buscando respuestas a muchos interrogantes, a dónde ir. Y hace tres años empecé a caminar de una manera diferente, con aciertos y desaciertos. Pero logro mantenerme estable, en un medio muy complicado y que a veces podés perder el horizonte.

La maternidad es un tema pendiente y sensible. Hace un tiempo queremos ser papás, pero todavía no llega. Si bien la espera no es fácil por la ilusión y deseo que ambos tenemos, de a dos es más fácil sostenernos. Y será cuando sea el momento justo. Gracias a Dios no perdemos el eje, seguimos caminando juntos y disfrutando de muchas bendiciones que me da la vida.

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