Las últimas pruebas y testimonios recabados por el crimen del domingo pasado en el "bulo" del Centro, marcaron un giro en la causa. Si bien en un principio se seguía la hipótesis de que a la víctima la mataron por un ajuste de cuentas vinculado a drogas o prostitución, el caso ahora se investiga como un asalto y hay seis sospechosos.
Marcos Figueroa (36) recibió un tiro en la cabeza durante la siesta, en la propiedad situada en calle Patricias Mendocinas casi Colón, de Ciudad; en el lugar residen varias personas, que viven en pequeños departamentos. El hombre agonizó algunas horas y murió en el hospital Central.
Los detectives que iniciaron la pesquisa tuvieron datos de que en el lugar del hecho se ejercía la prostitución y posiblemente había venta de estupefacientes. Por esto y los antecedentes del fallecido-robos, hurtos, lesiones y una causa de drogas-, se inclinaron por un ajuste y un reclamo de dinero que terminó en un ataque fatal.
Esto se contradecía con la versión de tres mujeres que fueron testigos del asesinato y que vivían allí con Figueroa, que declararon que los agresores entraron para robar; el muchacho se resistió y lo balearon.
Tras el análisis de varios elementos, la fiscal Claudia Ríos se inclinó por esta sospecha y caratuló el caso como un homicidio criminis causa, es decir, ladrones mataron a la víctima para ocultar un asalto. El expediente agrega la calificación de robo agravado por el uso de arma de fuego, en poblado y en banda.
Los acusados son seis: cuatro hombres que entraron a la vivienda, una mujer que se quedó en la puerta y otra joven que esperaba a la vuelta.
En el radar también aparecían dos remiseros truchos, que el lunes espontáneamente se presentaron a declarar. Explicaron que ellos fueron contratados por estas personas para llevarlos hasta la calle Patricias Mendocinas y que les pidieron que los esperaran a bordo de los dos vehículos. Incluso, en las cámaras de seguridad se observó uno de los autos.
Estos hombres quedaron como testigos y no tienen participación en el crimen, para los investigadores.
Los delincuentes que mataron a Figueroa escaparon con teléfonos celulares, un bolso y pares de zapatillas.