El escenario elegido por Cornejo para comenzar la carrera electoral fue Maipú, un territorio ajeno, gobernado por el justicialismo Alejandro Bermejo. Pero la muestra no terminó allí, sino que las obras con las que expuso su gestión sirvieron para mostrar el contraste con el gobierno anterior.
Así, primero estuvo en la entrega de 51 viviendas que se iniciaron en la etapa kirchnerista con el Programa Federal de Vivienda Techo Digno, en Rodeo del Medio.
“Es una operatoria vieja, que tenía que pagar la Nación. Pero por las demoras, lo tuvo que pagar el gobierno provincial. Costó más del 50% cada casa, más los intereses punitorios”, señaló Cornejo e hizo referencia a que se construyó en una zona no apta para un barrio.
“Está en medio de una zona productiva, que con el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial este barrio tendría serios inconvenientes para ser aprobado. Está fuera de las áreas de transición o urbanas, con lo cual traer los servicios tiene un costo mucho más alto de lo que tiene una casa normal. A su vez tiene un problema de patrullaje, de ambulancias, de escuelas”, señaló Cornejo.
Un dato que llamó la atención fue que a la entrada, hay un pasacalles que dice “Esta obra es maipucina”, cuando los recursos fueron nacionales y provinciales. El gobernador calificó el cartel como una “picardía” y como “parte del desorden que veníamos transitando”.
De allí, Cornejo se trasladó a Luzuriaga, a reinaugurar un Centro de Salud que, según describieron, estaba deteriorado y no podía prestar el servicio adecuadamente. Allí, el Gobierno invirtió más de medio millón de pesos y volvió a cortar cinta.
“Nosotros creemos que a pesar de malas administraciones, en general Mendoza tiene una importante red de salud de centros y hospitales que están deteriorados y con recursos mal organizados. No necesitamos construir más sino proveerlos de tecnología y equipamiento, organizar el recurso humano y atender a mucha más gente y así podremos invertir más y tener mejor financiado el sistema”, priorizó.
