Alberto Fernández regresó de Europa con el apoyo de las cuatro economías más poderosas de la Unión Europea para el proceso de negociación de la deuda externa argentina, a lo que sumó el respaldo emblemático del Papa Francisco. Anteayer, el flamante embajador en los Estados Unidos, Jorge Argüello, publicó una foto suya junto a Donald Trump, a propósito de la presentación de las cartas credenciales diplomáticas en los Estados Unidos. "Dígale al presidente Fernández que se quede tranquilo, que puede contar con este presidente", habría dicho Trump a Argüello, en relación a las negociaciones de los compromisos externos.
Los respaldos de los jefes de Estado europeos (que fueron explícitos en los casos de la canciller alemana Angela Merkel y del presidente francés Emmanuel Macron) se interpretan como auspiciosos frente a los U$S 37 mil millones que debe pagar este año el gobierno argentino a tenedores privados de deuda extranjera (más 16 mil millones de deudas con organismos nacionales como Anses, PAMI y Banco Central). El monto asciende a 100 mil millones de dólares para los próximos cinco años. Poco más del 95% del PBI criollo.
Este diario conversó con tres polítólogos que evaluaron los alcances de los apoyos colectados por el presidente Fernández. ¿Son suficientes para el proceso de negociación que la Casa Rosada espera tener cerrado a fines de marzo? Lucas Romero, director de la Consultora Synopsis, reconoce que "le vienen muy bien (los respaldos) a Fernández, y lo ayudan a revertir una imagen de presunto aislamiento que se demostró que no es tal".
Recordó que el ex presidente Macri “también supo conseguir adhesiones similares con el G-10 y el FMI. Lo que recogió el Presidente mucho tiene que ver con asuntos protocolares. Habrá que ver si esos apoyos se traducen en acciones concretas en el directorio del Fondo. La clave allí será Trump”, dijo Romero.
"La gira fue la buena noticia en una semana de malas noticias: el fracaso de reperfilar un bono nacional de U$S 1.600 millones (sólo hubo un 10% de canje) y la provincia de Buenos Aires que no alcanzó el 75 de adhesión de los acreedores internacionales para estirar los pagos de su deuda", dijo Gustavo Marangoni, director de la consultora M&R Asociados.
Entiende que hubo un cambio de estrategia: "Inicialmente el gobierno planteaba sobre la deuda: 'Nosotros no tenemos nada que ver con el Fondo. Vamos al entendimiento con los acreedores más inmediatos que son los privados y después nos metemos con el Fondo y los vencimientos para 2022 y 2023'. Creo que el GPS fue recalculado: da la sensación de que se buscó los apoyos individuales de los gobiernos europeos con peso en el Fondo, para después, con ese respaldo, inducir a los acreedores privados a un arreglo".
El licenciado en Ciencias Políticas y uno de los directores de Zuban Córdoba y Asociados, Gustavo Córdoba, entiende que "Alberto Fernández busca capitalizar políticamente el tema deuda. Su estilo es centralizar todo a su alrededor; nadie más habla de política que no sea él y en esta gira, en el corto plazo, consolida ese liderazgo".
Córdoba, no obstante, vislumbra algunas dificultades: "Veo un nivel de improvisación importante en el gobierno; siguen sin nombrarse segundas y terceras líneas en el Estado. No cuenta con una ley presupuestaria propia y funciona con el presupuesto diseñado por el macrismo, con todos los defectos de asignación de recursos que tiene. Gran parte del Estado está paralizado hasta que no haya un nuevo Presupuesto, que estará posiblemente en abril".
"Si hay un buen acuerdo con postergación de capital y de intereses, es probable que se tenga alguna posibilidad de recuperación económica. Hasta que no tengamos el dato de las condiciones del arreglo, la economía argentina no tiene ningún indicio para avanzar", evaluó Gustavo Córdoba.
Marangoni acuerda en la descripción de un panorama local tenso en términos económicos y sociales: "Entiendo que el tema deuda es capital, pero mientras tanto no se resuelva, tiene que haber vida. Los indicadores son preocupantes. La economía real no encuentra su piso; el nivel de recaudación de enero fue casi un 6 por ciento menor en términos reales respecto de la inflación. La venta de autos sigue en picada al igual que otros números de la economía estructural. Así, a la gente le puede sonar algo alejado hablar de la deuda. No dejemos de lado que el eje de campaña de Alberto Fernández fue 'encender la economía', un equivalente a 'la lluvia de inversiones' de Macri".
Lucas Romero acuerda en que "el principal mandato electoral (de Fernández) fue resolver esta situación de estanflación, de recesión más alta inflación, y aún no se ven resultados concretos, que el gobierno espera que se sucedan tras negociar la deuda".
El director de Synopsis dijo que en los últimos estudios de la consultora, "más de 50% de los encuestados señala el tema económico como el principal problema; si no das un poco de alivio para que la gente vea que puede mantener su calidad de vida o recuperar algo de la calidad que perdió, es difícil que se advierta que las cosas están bien".