La desplazada conducción del PJ nacional desplegó ayer una estrategia a dos frentes para intentar revertir la resolución de la jueza federal con competencia electoral María Romilda Servini de Cubría, de intervenir al principal partido de oposición y designar al frente del mismo al sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo.
Sin embargo, Barrionuevo, ya desde temprano en la mañana, había encarado acciones para tomar el poder del Partido y comenzar con su tarea de reorganización, convocando a los peronistas "dialoguistas" y manifestando su intención de excluir al kirchnerismo.
El polémico dirigente, que en otras épocas quemó urnas tras perder una elección, y que pronunció aquella célebre frase "tenemos que dejar de robar por lo menos dos años", contó -en declaraciones a diario Clarín- que la jueza le consultó antes de sancionar la intervención: "Hace unos días yo estaba en la plaza de Tribunales cuando me sonó el teléfono y me dijeron que la jueza me quería ver. Fui y me preguntó si no quería ser el interventor del PJ. Todo el asunto se manejó en silencio", contó.
Con respecto a su plan de reordenamiento partidario, el sindicalista prometió "abrir los brazos bien grandes". Pero marcó un límite al referirse al kirchnerismo: "Ellos no tienen nada que hacer en el PJ. Ellos armaron su propio partido, Unidad Ciudadana. Ellos lo que quieren es usar al PJ de madriguera".
Barrionuevo también reveló que ya ha mantenido contacto con "equipos técnicos" de los dirigentes históricos Eduardo Duhalde y Julio Bárbaro, quienes colaborarán, a su pedido, en la reestructuración. Asimismo, adelantó que convocará a la "unidad" a los dirigentes Miguel A. Pichetto, Diego Bossio y Sergio Massa.
La pelea judicial
Judicialmente, por un lado, a primera hora de ayer y ante el juzgado federal de Servini de Cubría en el edificio de Tribunales del centro porteño, la apoderada del PJ, Patricia García Blanco, apeló la intervención al considerar "político" el fallo de la magistrada,
“Es un fallo político. No hay razón administrativa para intervenir el partido”, sostuvo la apoderada del PJ, que aseguró además que el PJ “funciona con sus órganos competentes. El fallo habla de elecciones perdidas”. La apoderada también sostuvo que el fallo fue hecho “a medida de los peticionantes”.
Con su resolución del martes, Servini de Cubría dispuso la intervención para al que designó a Barrionuevo, sin límite de tiempo, para que "produzca los actos necesarios tendientes a la normalización" del PJ. Para eso el gastronómico estará acompañado por tres síndicos, uno de los cuales será el veterano dirigente justicialista Julio Bárbaro, en tanto los otros serían un formoseño y un rionegrino, trascendió en fuentes partidarias.
Barrionuevo, según un colaborador suyo, fue designado por Servini de Cubría después de que otros dos (uno de ellos el ex ministro del Interior menemista Carlos Corach) desistieran del ofrecimiento.
La juez tiene ahora entre 3 y 5 días hábiles para pronunciarse si hace lugar o no a la apelación, solicitada con carácter suspensivo; en caso de rechazarla la conducción del PJ irá en queja a la Cámara Federal Electoral.
A la espera de la llegada de Gioja y otros dirigentes partidarios en la esquina de Matheu y la avenida Rivadavia, a cuadra y media de la sede partidaria que mandó construir el entonces presidente Carlos Menem, un senador por el PJ consideró que como efecto de ese "alto nivel de rechazo" el bloque justicialista en el Senado que preside Miguel Angel Pichetto salió a "desmarcarse" de la intervención, "aunque se tomó un día y medio para expresar su rechazo".
Los escenarios para la réplica política fueron la sede de una agrupación peronista en San Telmo y la esquina de Matheu e Hipólito Yrigoyen, a 30 metros de la sede partidaria, pero con el impedimento de acceder por el vallado que instaló la Policía Federal en 70 metros de esa cuadra. Allí estuvieron la intendenta de la Matanza, Verónica Magario; su par de Merlo y titular del PJ bonaerense, Gustavo Menéndez, además de intendentes de partidos del Gran Buenos Aires. Y sindicalistas como Andrés Rodríguez, Antonio Caló, Víctor Santa María, Pablo Moyano y Omar Plaini.
Allí se convocó a un Congreso nacional del PJ para el 18 de mayo próximo para ratificar a la conducción actual electa en 2016 y con mandato hasta el 2020.
El jefe de mayor edad en la historia: 76 años
La llegada de Luis Barrionuevo a la jefatura del PJ, vía fallo de su amiga María Romilda Servini, marca un hito en la enciclopedia del partido. Cuando todas las voces, internas y de las otras, coinciden en la necesidad de una renovación para volver a disputar el poder máximo, el desembarco del gremialista sella un récord inverso: es el jefe más viejo del partido al momento de asumir. Días atrás, cumplió 76 años. El más grande de la historia. Literal.
La fuerza se creó el 21 de noviembre de 1946 y su primer conductor fue, claro, Juan Domingo Perón. Recién había pasado los 50. Estuvo 28 años al frente del PJ, hasta el día de su muerte (1° de julio de 1974).
Paradójicamente, la más joven de la historia sería su sucesora y esposa, María Estela Martínez de Perón, Isabelita. Además del país, le tiraron el partido encima cuando. Recién transcurría jóvenes 43. Duró formalmente unos 11 años.
Después se sumaron otros 9 jefes partidarios, entre titulares, interinos e interventores. Hubo un solo período en el que el PJ quedó oficialmente acéfalo, entre 2004 y 2005, cuando el kirchnerismo jugaba con la transversalidad.
Luego, nueva paradoja, Néstor Kirchner se refugió dos veces allí -ya fuera de la presidencia-, para ser candidato en 2009 y 2011. Tenía 58 y 59 años. En ambas oportunidades, Daniel Scioli se prestó gustoso para sucederlo. A los 52 y a los 53. Carlos Menem es otro de los que ostenta un par de mandatos. En el segundo, ya había pasado los 70.
Repudio y cruces en Diputados
La Cámara de Diputados mendocina, en su penúltima sesión antes de cambiar de composición, "repudió" la intervención del Partido Justicialista nacional. Si bien la propuesta avanzó con el acompañamiento del bloque oficialista Cambia Mendoza y del FIT (no adhirieron a los fundamentos), la sesión estuvo recargada con mensaje de todos contra todos.
El FIT y el PJ se enfrentaron por la reunión de la senadora nacional, Anabel Fernández Sagasti, con el gobernador Alfredo Cornejo. Por su parte, el peronismo se cruzó con el radicalismo por la intervención del Justicialismo, medida que resolvió el martes la jueza federal con funciones electorales, María Servini de Cubría. El partido opositor acusó al gobierno de estar detrás de la decisión judicial.
Este cruce de mensajes, cargado con pase de facturas, se dio en la penúltima sesión antes de que se renueve la mitad de la Cámara. Como suele pasar sobre el final del período extraordinario, no quedan muchos proyectos a considerar y ayer, este debate fue el protagonista, con el pedido que hizo el Justicialismo para “repudiar, por injusta y arbitraria, la intervención del Partido Justicialista Nacional”.
Acompañamiento
El proyecto que se consideró ayer fue un repudio a la intervención, aspecto que fue aprobado, aunque no sus fundamentos.
Esta segunda parte consideró que la medida judicial es "un ataque al principal partido político opositor, que se ha caracterizado por defender los valores republicanos y democráticos".
"La intervención del Partido Justicialista en la Argentina puede llegar a configurar una medida tendiente a proscribir su accionar político en defensa de los derechos de los trabajadores y de los grandes sectores sociales que están siendo excluidos del actual modelo económico que representa la gestión del Presidente Macri", agrega parte del texto al que no adhirió el oficialismo (UCR, PD, PRO y Frente Renovador) ni el FIT.