Fue muy emotiva la despedida del "Indio" Darío Ortíz tras su breve pero exitoso paso por la dirección técnica de Gimnasia y Esgrima La Plata en el que durante su interinato logró dos empates y un triunfo, algo que su equipo logró después de nueve jornadas. Y como frutilla del postre para Ortíz, en el último partido del campeonato duspitado anoche en el Bosque platense hizo debutar a su hijo, zaguero central como él en sus tiempos de futbolista, y lo hizo convirtiendo el primer gol de su equipo en la victoria por 2 a 0 sobre Newell's.
"La verdad es que estoy muy emocionado, pero creo que cumplí con lo que se pretendía de mí para estos tres últimos partidos de loa Superliga. Por eso ahora volveré tranquilo a mi trabajo en las divisiones inferiores tal como me había comprometido", remarcó Ortíz durante la conferencia de prensa de la que se retiró llorando al igual que varios periodistas locales.
"Los hinchas me ovacionaron y eso es muy gratificante, pero acá vendrá a partir de este martes Pedro Troglio y nosotros estaremos disponibles para todo lo que necesite, porque acá no hay egos entre nosotros", destacó. Y sobre el debut de su hijo (en el banco también estuvo Lucas Calderón, hijo de José Luis, ex delantero de referencia de Estudiantes, pero no ingresó), Ortíz, un hombre de gran religiosidad, remarcó que "Dios es el artífice de esto. Porque hacer debutar a Nicolás fue difícil, ya que a los hijos de los jugadores se les exige el doble. Pero él se lo ganó y es mi orgullo. Eso es lo que siento por él y lo felicito".