Los nervios con que se consumieron la previa de un encuentro de alto contenido emotivo marcaba un momento particular en el torneo. Nunca antes el Lobo sintió con tanto pavor la chance cierta de quedarse, una vez más, con las manos vacías.
Fueron semanas de incertidumbre, con dos derrotas tan inesperadas como dolorosas, con la “visita” de los barras a un entrenamiento en medio y con lesiones que minaron la confianza.
Por eso este triunfo lo devolvió a la senda del candidato, ese que todos volvieron a señalar en los primeros minutos del domingo.
La salida de Fuentes y la llegada de la dupla técnica Alaniz- Abaurre le cambió el “esqueleto” al equipo y varios nombres. Ganó en solidez defensiva en la zona media y calma a la hora de manejar el balón. Ya no corrió de atrás a los rivales como sucedió en el anterior ciclo.
Fuentes buscaba un mediocampo de buen pase y menos marca; eso exponía a los hombres del fondo ante rivales lanzados en velocidad. Ahora, con la vuelta de Cortizo recuperó orden y quite. El ex Gimnasia (J) no luce, pero es rueda de auxilio permanente y nunca escatima a la hora de “meter”.
Frente a los sureños, aún obligado por las circunstancias, de la mano de Becerra, acompañado por buenos rendimientos de Cucchi y Espinosa, el equipo recuperó profundidad ofensiva. “Chucho” volvió de una lesión y se mostró muy fuerte físicamente. Estuvo cerca de convertir y acompañó cada ataque del equipo.
En lo colectivo, la intensidad con que jugó y la convicción con que fue a buscar los goles para clasificar fueron las virtudes más destacadas en una noche donde borró a su rival de la cancha. Incluso en el segundo tiempo, cuando ya no tuvo tanta lucidez para los metros finales.
Ahí fue cuando desde el banco llegó un poco de oxígeno; las piernas no respondían y Oga, el mismo de la heroica noche en Córdoba en 2014, metió un taco magistral que terminó en el tercer gol (había offside de Palacios Alvarenga).
Signos vitales, buenas intenciones y ganas de revancha. No parece un mal cóctel para seguir empujando el sueño blanquinegro.
Un rival de cuidado
Gimnasia tendrá en su camino a la final a Sportivo Belgrano de San Francisco, dirigido por Ariel Giaccone, que ya mostró sus credenciales de equipo serio al vencer 2-1, como visitante, a Juventud Unida (SL).
Como local no perdió en lo que va del torneo (18 partidos, 11 triunfos y 7 empates). Como visitante es más irregular (suma ocho derrotas en 13 partidos).
¿La buena? Exequiel Gaviglio, uno de los goleadores de este equipo, fue expulsado en el duelo ante los puntanos y no estará en la ida.