Darío Alaniz está preocupado. Quizás, realmente, por primera vez en el torneo. No es porque Gimnasia haya perdido dos partidos consecutivos. No es eso; ya le pasó antes y la confianza se mantuvo. Tiene que ver con una falta de respuestas desde lo colectivo que encendió las alarmas.
“Me voy preocupado”, dijo el DT tras el 0-1 en Bahía Blanca. Y agregó: “En 180 minutos no pateamos al arco”. Se refería a los últimos dos juegos que disputó el Lobo y apuntando a la virtud más elogiada de su equipo: la faz ofensiva.
De pronto, como por arte de magia, Gimnasia y Esgrima dejó de ser ese equipo que, independientemente del resultado, generaba más de cinco situaciones de gol por encuentro. “Todos los equipos sufren un bajón”, reconoce un allegado al plantel. Pero lo que tiene preocupado a Alaniz es el rendimiento de varios que hoy están por debajo de lo que venían mostrando.
“No creo que sea acertado caerles a esos nombres encima”, dijo, aún cuando para el encuentro de vuelta, pactado para el miércoles a las 14, analiza cambios.
El “no pateamos al arco en 180 minutos” parece ser un tirón de orejas a los hombres que deben generar fútbol.
Y se dispara una pregunta: ¿Por qué Cucchi, aún cuando no podía jugar el sábado por estar suspendido, perdió el puesto a manos de Agudiak, hace algunas fechas? “Pato” presenta condiciones para el mano a mano con los defensores rivales, algo que al “Toro” le cuesta. No parece casualidad que con la salida de Cucchi haya bajado notablemente el rendimiento de Palacios Alvarenga, el goleador del equipo.
Ese, entre otros aspectos, será el que deba revisar el DT, que supo sortear con éxito otros temporales. Ya no le queda margen de error.