No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. Viejo refrán que podría trasladarse tranquilamente al presente de Gimnasia. Porque después de 34 fechas, desde el 22 de febrero, el Lobo volvió a ganar de visitante y lo hizo cuando más lo necesitaba. Ante Unión de Mar del Plata, rival directo en la lucha por mantener la categoría.
Fue 1-0 con un tanto de César Carranza cuando se moría el partido. Si bien no hizo un gran trabajo, lo importante es que sumó los tres puntos y sigue fuera de la zona de descenso. El objetivo con el que llegó a Mar de Plata se cumplió y el Lobo sigue sumando en la recta final del torneo.
Y la victoria fue clave además porque enfrente estaba un rival directo, como lo es Unión de Mar del Plata. Por eso el triunfo tiene un valor "doble". La tabla de posiciones dirá que sumaron tres puntos, pero la realidad es que se impuso en un juego de "seis" unidades. Uno de esos partidos que son determinantes para la suerte de cualquier equipo.
No fue fácil la tarea para el equipo de Omar Labruna, que hizo un buen primer tiempo pero que no supo sacar diferencias. Después, cuando Unión se quedó con diez hombres todo hacia suponer que se le facilitaría la cuestión, pero lejos estuvo de ser así. Con mucho amor propio el local duplicó esfuerzos y complicó más de la cuenta al Lobo.
En este momento complicado del torneo, cuando se definen los temidos descensos es cuando hay que sumar a como de lugar. No importa jugar bien, lo que realmente interesa y vale es sumar y engordar el promedio. Quizá lo único rescatable en la fresca noche marplatense.