Enorme y auspicioso triunfo del Lobo en tierras cordobesas, metiendo cuando había que meter y jugando cuando se podía. Por la ida de las semifinales, venció por la mínima a Sportivo Belgrano con gol de Cucchi y sueña con el boleto a la ansiada final.
Bajo una incesante lluvia que atrevió durante casi todo el encuentro, Gimnasia tuvo un capítulo inicial de buenos movimientos defensivos. La Verde no pudo lastimarlo ni cuando se paró con un 4-2-1-3.
La intención de cuidar el cero en el arco propio fue clara desde el comienzo. Incluso "Pato" Cucchi estuvo más preocupado por las subidas de Capellino y Chávez que por desequilibrar en el mano a mano. Y esa intención, aún con Becerra flotando delante de la línea de volantes, conspiró contra la ofensiva mensana.
Además, el Lobo lució más impreciso que otras noches. Ni siquiera pudo sacar rédito de las corridas de Aguirre, llegando desde atrás cada vez que Cucchi se cerraba.
Sin sorpresa, con el elenco cordobés manejando el balón, hubo más lucha que juego y más fricción que jugadas para contar. La movilidad de Garay para hacerse dueño del primer pase no alcanzó para descansar en la tenencia.
¿Y el rival? Tuvo el balón, es cierto, pero lateralizó demasiado y nunca logró inquietar a Marchiori. Aunque intentó hacer ancho el campo, perdió los duelos individuales y Francia casi nunca se conectó al circuito ofensivo del equipo.
Justamente el volante fue quien generó la chance más clara desde un tiro libre. En un contexto de paridades varias, aún con la roja a Marín, Gimnasia se mostraba conforme con lo jugado.
La fortuna y la valentía muchas veces van de la mano. No hubo cambio de nombres para el complemento, aunque si un par de movimientos tácticos: Cortizo a la zaga central, Becerra como doble cinco y dos líneas de cuatro bien cerca para evitar sorpresas. Esa idea se potenció con el gol de Cucchi y la salida por lesión de Ramírez.
Zarpazo tremendo del Lobo en una cancha complicada, frente a un rival sorprendido por la desventaja y la escasez de opciones para lastimar.
Briones a la cancha para intentar más tenencia, frente a un rival que presionaba más arriba. Todos juntos para bancar, la consigna. Además de agua, cayeron mil y un centros sobre el área mendocina. Sportivo Belgrano puso mucha gente en ofensiva pero ni así logró romper un cerco defensivo que lució impecable y posibilitó al Lobo sumar un triunfo que lo deja muy cerca de la ansiada final por el segundo ascenso.