El gigante que todo lo lee

Ya comenzó la 39° edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Con figuras de relieve como el Nobel J.M. Coetzee y grandes autores latinoamericanos, la fiesta de las letras tiene, por primera vez, una ciudad invitada: Amsterdam. Hasta el

El gigante que todo lo lee
El gigante que todo lo lee

"No tengo mucha fe en que lo mío quedará", escribió modesto Coetzee en una carta a Paul Auster. Que el sudafricano Premio Nobel de Literatura 2003 John Maxwell Coetzee abriera el jueves pasado la 39ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires prueba que su aura permanece.

El día de la inauguración, pues, él habló "Sobre la censura", tema que lo ha venido ocupando desde hace tiempo. De hecho, Coetzee (ahora ciudadano australiano) escribió un libro que se publicó en Estados Unidos con el título "Giving Offense" (y más tarde en castellano como "Contra la censura").

"Mi interés en el tema resurgió recientemente cuando apareció un libro sobre el sistema de censura sudafricano llamado "The Literature Police", de Peter McDonald, que es profesor en la Universidad de Oxford. La investigación que McDonald y un colega sudafricano llamado Hermann Wittenberg realizaron en los archivos de los censores ha sido toda una revelación, no sólo para mí sino para otros escritores sudafricanos de mi generación, ya que nos brindó una perspectiva íntima de cómo fueron observadas nuestras actividades por las autoridades de la época", comentó en la conferencia.

Todos, alguna vez, se enfrentaron con el asunto. ¿Quién y bajo qué criterios decide lo que debe ser prohibido? ¿Cuáles son las estrategias para burlar a los censores? ¿Policía literaria en todas partes?

Coetzee sabe muy bien que sus obras "En el corazón del país" (1977), "Esperando a los bárbaros" (1980) y "Vida y época de Michael K" (1983), todas críticas con las prácticas del Apartheid, pasaron la censura por tratarse de un autor blanco, procedente de una clase media de intelectuales que escribía obras que "no eran para el consumo de masas".

Ahora que vive en Australia y que edita una colección ambiciosa desde un país periférico, llega a esta fiesta para reforzar el lema: "Libros como puentes".

Es que no hay manera de no puentear: en estos 45 mil metros cuadrados de La Rural conviven 1.500 sellos editoriales, además de stands de provincias y países; se agendan unos mil actos culturales que incluyen presentaciones de libros, debates, talleres, muestras y espectáculos y, si la gente continúa asistiendo como en años anteriores, se espera alrededor de 1.200.000 visitantes.Y sí: sigue siendo la más grande de Suramérica. Una inmensa red para movernos como arañitas buscando cientos y miles de páginas maravillosas.

Páginas ojeadas

Ahora que Máxima se alista para reina de los Países Bajos, en esta edición desembarca una corte de literatura holandesa, una muestra integrada por la edición monumental de las Cartas de Vincent van Gogh y su hermano Theo y otra con ilustraciones infantiles y cómics. Por primera vez, acaso inspirada en la emblemática Feria del Libro de Frankfurt, habrá una ciudad como Invitada de Honor: Amsterdam.

Desde ayer y hasta el sábado 4 de mayo, un espacio especial llamado "Café Amsterdam" reunirá a autores como Cees Nooteboom (eterno candidato al Nobel), Herman Koch, Arnon Grunberg y Anne Vegter en charlas y debates bajo ambiente de cafetín. En general, los visitantes holandeses vienen precedidos con traducciones al español, salvo casos como Maarten Asscher, un autor muy conocido en Holanda, que hablará sobre "H2Olland", libro que trata sobre cómo el agua delineó su país.

Inteligente sería que estas actividades no se superpongan con el Diálogo de Escritores Latinoamericanos (entre el 2 y el 6 de mayo), al que hay que ir sí o sí. No sólo porque este año tendrá entre los disertantes al mexicano Juan Villoro, al salvadoreño Horacio Castellanos Moya, al colombiano Alberto Salcedo Ramos ( ganador del premio Ortega y Gasset de periodismo) y a Jaime Abello Banfi, director de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, sino porque incluirá a narradores de Uruguay, Paraguay, Perú, Colombia, México, Ecuador, Costa Rica, Venezuela, Bolivia y Brasil, entre más.

Y bien: el 8° Festival Internacional de Poesía (del 3 al 8 de mayo) sube el nivel de entusiasmo: 32 poetas de 15 países. Allí vienen, entre otros, el poeta español Juan Carlos Mestre, la japonesa Masayo Koike y el palestino Zakaria Mohammed.

Nacido en Palestina en 1951, Mohammed es no sólo el poeta más importante de su patria sino uno de los mayores exponentes de poesía contemporánea árabe. "Nunca quisiera ser/ un árbol en la ladera:/ El viento me destrozaría/ La humedad arruinaría mis pulmones/ Nunca quisiera ser/ una roca en el barranco:/El sol desmoronaría mi memoria/La lluvia tajaría mi meñique/Quiero ser una mujer:/El dolor es el fruto de su amor/ Con sus dientes ella corta/ Lo que la ata a su hijo."

La brújula no puede olvidarse de llevarnos a la charla de Hang Kang (recientemente editada por Bajo la luna con su novela "La vegetariana"), o a la del ruso Vladimir Sorokin (nominado al Booker International 2013, y cuyas obras traducidas al castellano son "El día del opríchnik" y "Hielo"), o a la del multipremiado escritor cubano Leonardo Padura, del que leímos "El hombre que amaba a los perros", novelón basado en la historia de Ramón Mercader, el asesino de León Trotsky que vivió sus últimos años en La Habana.

Una sorpresa: hoy, en el marco de la Noche de la Ciudad, se realiza un homenaje a Vinicius de Moraes. Entre los invitados, ¡el mismísimo Toquinho!

Las mil y una páginas argentinas

Como invocando el magnífico discurso "Sobre las malas palabras", que dio en el Congreso de la Lengua, en 2004, hay una pared en honor a Fontanarrosa. Una suerte de mural que comprende copias gigantes de bocetos y borradores con anotaciones escritas a mano, fotos no vistas y dibujos inéditos.

Paréntesis: el homenaje ha sido realizado por Franco, el hijo del Negro, quien autorizó la reedición de la obra de Fontanarrosa por Editorial Planeta, razón por la que hemos visto reaparecer sus títulos en versión multicolor. Pero la colección salió en medio de un conflicto legal con Gabriela Mahy, la segunda mujer del autor, por los derechos intelectuales de su obra. Y al parecer el juicio sigue un camino áspero.

Puede que nada de esto sepan los que se sacan fotos contra ese mural. Como sea, es el Negro el que da la bienvenida. Y de algún modo abre la puerta para hablar de los autores argentinos, que asoman entre las visitas extranjeras.

Antes que nada, Rodolfo Walsh. Ediciones De la Flor ha decidido esta vez distribuir en su stand (antes de que llegue a las librerías) sus cuentos completos, con textos inéditos y prólogo de Ricardo Piglia. Excelente regalo, si se busca.

Por las salas desfilan y desfilarán hasta el 13 de mayo nuestros autores, que hablarán de ficciones, política e historia: Guillermo Saccomanno, Claudia Piñeiro, Federico Andahazi, Marcos Aguinis, José Pablo Feinmann, Horacio González, Felipe Pigna, Adrián Paenza y Daniel Balmaceda. Imposible terminar la lista sin respirar.

Por segunda vez se realizará el Premio del Lector, para reconocer a un autor argentino por una obra editada en 2012. Atentos: se puede votar desde La Rural o por internet.

Puede que la política desfile por los stands como en todo año electoral y que los textos reeditados o recién lanzados sobre el Papa Francisco I nos miren desde todos los estantes.

¿Qué pasa, Mendoza?

"¡¿Pero cómo puede ser?!", se espanta por chat un periodista cultural radicado en Buenos Aires. Al instante, salta otra ventana: "¿No va Dalla Torre a la feria?". Esta vez el incrédulo es un colega local. Ambos acaban de leer la programación mendocina de la FILBA 2013 (ver recuadro) y notan, de inmediato, una ausencia clave: el único autor local contemporáneo que se exhibe hoy en las vidrieras de las grandes librerías del país (porque ha ganado un premio internacional hace pocos meses) no integra las actividades del stand de Mendoza en esta edición. (Dato: la novela de la que hablamos es de Gabriel Dalla Torre, "Soy lo que quieras llamarme", Premio Internacional Letra Sur 2012; un premio otorgado por un jurado de tres cabezas prestigiosas: Vlady Kociancich, Martín Kohan y Juan Sasturain).

Sabemos que, por karma o desidia, la literatura local suele resumirse en la FILBA a presentaciones fúnebres, a lacónicos homenajes, a los premios Vendimia del momento y al vinito como gol cultural.

No, nadie puede decir que Draghi Lucero no merece su mención. Pero ¿qué hay de los narradores actuales que están sintiendo el pulso de la época? Vivan acá o no, hay autores que resignifican el territorio. Dalla Torre es un ejemplo demasiado obvio. También Fernanda García Lao. Puentes alternativos habrá que seguir trazando. Porque ellos estarán en esta Feria, pero no como embajadores nuestros. Una pena.

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