Final de una semana marcada por los gestos políticos. Fue la forma en que el espacio oficialista provincial resolvió la conformación de la lista nacional. Un clima de armonía, importante, sin duda, luego de las inevitable ansiedad que generó una campaña con internas para dirimir la sucesión de Cornejo, además de la tirantez que se produjo más de una vez en la relación con la Presidencia.
El Gobernador de alguna manera decidió en su último viaje a Buenos Aires el sí al pedido del macrismo para que él fuera el principal candidato en Mendoza. Un gesto de simpatía hacia Macri. El Presidente, que puso la mirada en el modo de gestión del mendocino hace varios años ya, cuando desde la Jefatura de Gobierno porteña comenzaba a delinear su camino hacia el poder nacional, requería de esta suerte de mimo luego de un par de años en los que comprobó que el actual jefe partidario radical no es del todo amable cuando se discute sobre las cosas a favor y en contra que derivan de la implementación de políticas.
Luego, el Gobernador tuvo otro gesto de acercamiento cuando le pidió a Omar De Marchi que integrara la lista de aspirantes al Congreso. Siempre el tercer lugar en la nómina exige aquí esfuerzo y un respaldo de votos importante. En términos futbolísticos, es como pelear la titularidad en las prácticas para no quedar en el banco durante el partido.
Pero también hubo un fuerte gesto del intendente de Luján. Al aceptar integrar la lista de precandidatos a diputado, De Marchi aseguró la paz dentro de Cambia Mendoza.
Nunca hubo enemistad, pero sí tensiones. Por otra parte, dejó conformes a los estrategas macristas a nivel nacional, porque la interna por la candidatura a gobernador le dio más de un sobresalto a ese entorno presidencial tan influyente.
En el macrismo consideran que la consensuada en el oficialismo local es “una gran lista”. No sólo valoran en la Casa Rosada el peso político del Gobernador más el del intendente de Luján, sino que miran con satisfacción, como se ha dicho antes, que Cornejo haya decidido, finalmente, participar encabezando el quinteto de Cambia Mendoza. Resaltan al respecto que el jefe del radicalismo tenía absoluta prioridad para decidir si quería ser partícipe o no. Aseguran que nunca plantearon presión alguna. Por otra parte, destacan el gesto de, una vez decidido a competir, pedirle a De Marchi sumarse a la lista.
En Buenos Aires estiman que una mayoritaria parte de los votos que logró De Marchi en las PASO locales serán de automático traslado a la lista de precandidatos nacionales y eso garantizaría un buen caudal en las urnas en agosto.
Todo esto fue en sintonía con lo que Cornejo, junto a Ernesto Sanz, consensuaron en la semana en reuniones mantenidas con Marcos Peña, el jefe de Gabinete de Macri.
Luego se realizó aquí el encuentro del Gobernador con los intendentes de Cambia Mendoza; el argumento de la cita fue escuchar una suerte de operativo clamor de los jefes departamentales para que el titular del Ejecutivo se lanzara otra vez a buscar una diputación nacional. En realidad, la reunión más que nada sirvió para que Cornejo les explicara a los presentes cómo habían concluido las negociaciones nacionales y dijera que ya tenía la decisión de presentarse. Además, la presencia en la residencia oficial de Omar De Marchi, en su condición de intendente, potenció la buena sintonía que se percibió desde la noche de las PASO locales, con aquella foto de unidad que se produjo cuando el lujanino pasó a felicitar a Rodolfo Suárez por su triunfo.
Cabe destacar que De Marchi también estuvo en los despachos de la Casa Rosada en la semana. Mantuvo reuniones con Macri, Peña y Frigerio, especialmente. Todos lo alentaron a seguir y alguno le sugirió que “llegó el momento de poner toda la carne al asador” y considerar la utilidad de su nueva postulación. Sus anteriores ocho años como diputado nacional también tuvieron peso en el pedido que le formularon. En el Pro dicen que no es fácil encontrar a nivel nacional legisladores con dicha experiencia. Desde el entorno del lujanino confirmaron que ese aliento, más el llamado del Gobernador, lo llevaron a comprometerse con la nueva apuesta.
Por otra parte, el respaldo nacional al esfuerzo que realizó para posicionarse en las primarias locales le valió reconocimientos desde el momento mismo en que se conoció el triunfo de Rodolfo Suárez. Y su nombre, como ya se señaló la semana pasada, siempre estuvo como posible alternativa desde el Pro nacional en el caso de que Cornejo hubiese declinado su postulación, incertidumbre que se mantuvo hasta que se concretó en la semana la ya comentada reunión con Peña. Una insinuación, porque aun sin el Gobernador en la lista difícilmente el radicalismo hubiese cedido dicho puesto.
La lista consensuada también dejó de lado la posibilidad de reconsiderar algún intento de renovación de la banca. Es el caso del radical Luis Borsani, que termina su mandato a fin de año. Es un experimentado dirigente y legislador al que muchos ven con algún destino político trascendente como reconocimiento a su trayectoria y fidelidad partidaria.
En cuanto a la lista de precandidatos del frente que lidera el justicialismo, resulta indudable la influencia del posicionamiento de Anabel Fernández Sagasti y el camporismo tras la victoria en las primarias provinciales. La nominación de la abogada kirchnerista Marisa Uceda va en línea con una necesidad de sumar voluntades nítidamente K en la conformación de la Cámara de Diputados a partir de diciembre.
Esto, más allá de que todo el peronismo mendocino, incluido el de “los intendentes”, necesariamente juró lealtad a la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Kirchner luego del desmembramiento que se produjo en otras opciones que aparecían por fuera del kirchnerismo a nivel nacional.
Lo de Alejandro Bermejo en el segundo lugar quiere ser presentado como la reciprocidad de la ahora candidata a gobernadora hacia el sector que compitió con ella.
La estrecha diferencia, más allá de que el triunfo camporista fue un gran batacazo, justificaba plenamente un destino seguro para el intendente de Maipú en la competencia por un lugar en el Congreso. Algunos pensaron que encabezaría la lista, pero el segundo lugar es “entrable” si se tienen en cuenta las perspectivas electorales del oficialismo y la oposición al momento de iniciarse esta nueva campaña.
Con la lista también se advierte una suerte de gesto de autoridad hacia adentro del peronismo, fundamentalmente pensando en el tradicional sector que representó Bermejo, para que se entienda que con Sagasti surge un nuevo liderazgo partidario.
La campaña hacia las PASO nacionales le pueden servir al reacomodado peronismo provincial para terminar de orientarse hacia la pelea por la Gobernación, a fines de setiembre, una apuesta que casi todos reiteran públicamente, sean kirchneristas o no, pero que por el momento cuenta más con el arrastre que pueda aportar la fórmula presidencial F-F que con méritos propios. El justicialismo mendocino despierta alentado por la crisis económica que tanto afectó al macrismo, pero va superando muy lentamente los descalabros que lo llevaron a perder el poder hace cuatro años.
