Lluvia en Buenos Aires, vísperas de partido de River. Germán Paoloski recuerda -porque la tarde nublada le trae su niñez y adolescencia frente a la tele- el programa "Siglo XX Cambalache".
Creció con ellos: Fernando Bravo, Badía. Le gustaba esa tv con de todo un poco, "esa que alentaba la curiosidad". Por eso, aunque su interés con los años se centró en el deporte, le entusiasma seguir haciendo un programa de difusión científica.
Mañana, de hecho, vuelve a la pantalla de la Televisión Pública con el magazine educativo "Todo tiene un porqué", junto a Carolina Di Nezio y Cristian Domínguez.
"Historia, matemática, geografía...". Mientras enumera las áreas temáticas que se van a abordar en este nuevo ciclo, se percibe el entusiasmo y el desafío: "Hacer un programa de divulgación que sea entretenido".
¿Por qué somos polvo de estrellas? Preguntas como ésta serán la puerta de entrada a las emisiones de "Todo tiene un porqué", que en esta temporada apuesta por expandir interrogantes hacia el cómo, el cuándo y el dónde de fenómenos que puedan interesar a cerebros de todas las edades.
“El conocimiento científico es la vedette del programa”. El guiño de Paoloski nos lleva a hacer un zapping desesperanzado.
-¿Creés que la cultura puede seguir teniendo espacio en los medios masivos?
-Creo que la Tv Pública tiene que tener esos contenidos. Se debe a ellos. El desafío es hacerlos atractivos. Claro que hay tiras, novelas y cantidad de programas de espectáculos en la programación diaria. Está bien, no estoy en contra de eso. Pero no pueden haber 250 de espectáculos y 0 de cultura. Nosotros no paramos de recibir devoluciones de docentes, estudiantes, curiosos. Es mentira que la gente no quiere ver programas de cultura.
El típico comentario -sabe- es que suelen ser aburridos. “Pero por eso hay que adquirir nuevas herramientas, buscar dinámicas, hacerlo atractivo para la audiencia actual, acostumbrada a informarse por las redes”.
-¿Y cómo hacer un programa cultural en este complejo contexto para la cultura y la ciencia?
-Tratamos de entrar en eso. Los programas no son coyunturales, son atemporales. Y los temas están tratados en profundidad con la intención de dar información precisa, de tener invitados especializados (en general, del Conicet) y aportar respuestas.
Las redes sociales, por supuesto, han influido en los formatos televisivos. “Los noticiarios, por ejemplo, tienen que replantearse porque las noticias vuelan por Twitter”. Paoloski afirma que la ciencia es una herramienta magnífica pero que también puede ser dañina”.
Volvemos a la ventana y la lluvia. Y vuelve la infancia de ese chico que pasaba las tardes escuchando radio y viendo en la caja a Larrea, a Tinelli.
Claro que es inevitable preguntarle por el Mundial. Germán se inició en el periodismo deportivo en 1996, con Fernando Niembro y Marcelo Araujo en Radio La Red. Desde 1997 cubrió el campo de juego de la Selección de Fútbol de Argentina para Telefé y desde 2002 fue comentarista en Telefe y Fox Sports.
“Claro que el Mundial cruza y abarca todo. Pero este año no viajo. Estoy más abocado a esto, ahora. Sin duda, seguiré las transmisiones. Espero que al equipo le vaya bien. Que le puedan dar una alegría al país, que tanto la necesita”, concluye.
