Génesis de un mito con identidad propia

El spin off de "Breaking Bad" debutó con brillo propio y buena audiencia. Aquí un análisis del fenómeno televisivo más esperado del año.

Génesis de un mito con identidad propia
Génesis de un mito con identidad propia

Hasta hace un par de años no imaginábamos que Vince Gilliganlo haría de nuevo. Es que era difícil abstraerse y pensar que podía haber algo mejor (o tan inquietante) que las idas y vueltas de Walter White en esa calurosa y Albuquerque (Nuevo México); prototipo de la clase media americana y pasto fértil para que los novatos fabriquen metanfetamina o los morochitos con cara de santos regenteen el negocio.

Pero este creador es un tipo que maneja el pulso del guión televisivo. Ya nos lo mostró con "Breaking bad" y, ahora, con "Better call Saul".
Y sabe tanto que no precisa repetir fórmulas: se las inventa cada vez con la misma pericia. Y sabe tanto más que tiene el olfato para entender que, de un buen guión con personajes complejos, pueden salir otros tantos para próximos envíos. Este Gilligan no es sólo guionista experto en el lenguaje, sino que entiende del marketing de la industria televisiva como para tentarnos.

Ni por casualidad se nos ocurriría comparar a "Better call Saul" con "Breaking bad", porque son dos cosas tan distintas (y absolutamente posibles de encontrarse en algún giro de la narración) que pecaríamos de esquemáticos. Porque, verán, si bien "Better..." es un spin-off de "Breaking...", y nos muestra otras épocas de personajes que también pertenecen inicialmente a la serie-madre, tiene vuelvo propio e intenso.

El envío, que arrancó como "uno de las más rentables de la historia del cable en Estados Unidos" (6.900.000 espectadores vieron, en pocas horas, su primer capítulo a principios de febrero) tiene más que estos numeritos para el ranking triunfador como valor sustancial.

A Saul Goodman (Bob Odenkirk) ya lo conocimos en "Breaking bad", pero en su propia serie se nos devela un mundo (su mundo) que no preveíamos. Primer logro: la originalidad de la trama. En ella nos encontramos ahora con Jimmy McGuill, un descastado que intenta sobrevivir en Nuevo México como abogado de casos menores, y con una propensión pasmosa a coquetear con el delito que le ha marcado (y le marcará) la historia.

Hay más: una estética personalísima, que se encarna en la grasienta facha del abogaducho en cuestión; casi podemos oler la admiración de Gilligan por Robert Rodríguez y Quentin Tarantino, para trazar westerns disimulados entre el polvo y el calor del desierto.

La historia nos va llevando tan bien, entre los laberintos de la intriga (idénticos trucos narrativos que en "Breaking...") que Saul todavía no es Saul y no queremos que, al menos por unos cuantos capítulos, lleguemos a ese punto de inflexión en que él y Walter White se conocen. Prometen que, en esta primera temporada, esto no sucederá; y nos dejan contentos.

Sí nos entregan, como un caramelito para disfrutar de a poco, la historia que tampoco vimos del pelado implacable de "Breaking bad": Mike Ehrmantraut (impecable el actorJonathan Banks). Aquí, en "Better..." podemos entender por qué se convierte en lo que se convierte. Un estupendo dominó en el que cada pieza-personaje encaja a la perfección con otra.

Tremendamente efectiva es la banda sonora planeada por Dave Porter (también el musicalizador de "Breaking bad", "The Blacklist", "Venganza") y tremendamente efectiva la intentona esquizoide de Odenkirk por mostrarnos un personaje que, lo sabemos, cambiará rotundamente en algún momento de su historia.

El diseño de arte y puesta de esta serie también están en sintonía: colores, atmósferas, climas y locaciones acompañan divinamente a la historia de este perdedor ¿sin remedio? Veremos cómo, y cuándo, Jimmy cambiará su nombre. Esa es nuestra única certeza, la que nos alienta a transitar cada capítulo para sorprendernos al decir: "¡qué buena esta serie!".

Ficha

"Better call Saul" (EE.UU., 2015, Temporada 1: 10 capítulos). 
Idea y guión: Vince Gilligan y Peter Gould. 
Música: David Porter. 
Dirección de arte: Paula Dal Santo. 
Protagonistas: Bob Odenkirk, Rhea Seehorn, Jonathan Banks, Michael McKean. 
Emisión: Canal AMC o Netflix. 
Calificación: Muy buena.

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