La ciudad de General Madariaga, en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, ofrece un abanico de opciones para quien busca naturaleza y tranquilidad, con actividades de turismo rural, pesca, sitios históricos, museos y talleres de artesanos, entre otros atractivos.
Conocida como "El pago Gaucho", la ciudad está rodeada de verdes paisajes matizados con montes de tala y dos lagunas, Los Horcones y Salada Grande, especiales para la práctica de deportes náuticos.
Próxima a dos reconocidos destinos turísticos atlánticos, Pinamar, a 30 km, y Villa Gesell, a 40, esta ciudad fundada en 1907 y que cuenta en la actualidad con 25.000 habitantes, se caracteriza por un típico plato campestre, la vaquillona con cuero.
"Intentamos que los turistas que viajan hacia la costa descubran los encantos Madariaga, que les permite disfrutar de la tranquilidad y las costumbres de un pueblo rural", dijo la secretaria de Cultura, Turismo y Educación local, María del Carmen Torres Carbonel.
La recorrida puede comenzar por el Paseo del Bicentenario, un espacio de encuentro de toda la comunidad donde se destaca una fuente con saltos de agua e iluminación.
El paseo continúa en el Parque de los Abuelos, que cuenta con juegos de mesa, canchas de tejo, taba, bochas y un espacio para los más pequeños con juegos infantiles, y que se completa con un gran anfiteatro con gradas y vestuarios para actividades culturales.
En cuanto a los museos, el Histórico del Tuyú, que cuenta con siete salas de exposición y otra exclusivamente dedicada a Argentino Luna, el emblemático cantautor de folclore ícono de la ciudad, permite conocer los vestigios de la cultura gaucha y los orígenes y la evolución del pueblo. Además, cuenta con un archivo y una biblioteca que aportan datos y enriquecedoras anécdotas sobre General Madariaga. El museo arqueológico y antropológico Tuyu Mapu muestra rastros de la historia y la naturaleza de esta región de campos y lagunas a través de restos de pumas, dinosaurios y reptiles prehistóricos o réplicas. La directora de Museos de General Madariaga, Luciana Balbín, explicó que "en estos sitios es más fácil, didáctico y divertido entender los orígenes y la evolución de este pueblo".
El Mercado de la Vieja Estación es otro espacio de interés porque ofrece la posibilidad de comprar verduras de productores locales, fiambres, dulces, miel o pastelitos hechos en forma artesanal.
La laguna Salada Grande, ubicada a 20 kilómetros del pueblo, es un espejo de agua salada de casi 5.500 hectáreas en el que se puede acampar, practicar deportes náuticos y pesca deportiva, actividades que atraen gran cantidad de turistas. Está rodeada de montes naturales de talas y cuenta con una variada fauna: nutrias, carpinchos, teros, garzas y cisnes.
La propuesta náutica se completa con la laguna Los Horcones, ubicada a 15 km, donde se encuentra el Club de Pesca y Náutica General Madariaga, que ofrece paseos en lancha y acampes en carpas o en bungallows. Los artesanos, sobre todo los dedicados a la platería, constituyen otro de los atractivos salientes de este pueblo ubicado a 340 kilómetros de Buenos Aires. El Mojón, taller de platería criolla es uno de los sitios donde los turistas pueden disfrutar de las artesanías características.