Jaime es extrovertido. Siempre anda con una sonrisa a flor de piel y haciendo bromas con sus compañeros y periodistas. Kevin es un pibe más introvertido, tímido e inspira seriedad pese a su corta edad. “Es un chico muy callado y de pocas palabras en el día a día, pero muy bueno”, cuenta Ayoví sobre su compatriota para que vayamos conociendo a la nueva joya tombina que arribó del exterior.
Llegan y se van juntos del Gambarte. Ahora que Oldrá ya convoca a Mercado al plantel principal, comparten habitación en las concentraciones.
A simple vista se nota la diferencia de altura que existe cuando pasean juntos. La Yoya impacta y sobresale con su 1,83 metro, mientras que Kevin aparece con su 1,70 m pero mostrando que le sobra físico para hacer ruido y estragos ante los rivales de turno cada domingo.
Sólo están separados por los centímetros, porque después la dupla ecuatoriana mantiene una comunión con muchas de las cosas que brinda la vida y el fútbol.
Los dos son amantes de la música (fanáticos de la Salsa) y de los goles. Ayoví ya se metió a los hinchas Bodegueros con sus gritos y tiene más tiempo recorrido en el club, Mercado quiere ir por el mismo camino y ya comenzó a pagar con conquistas importantes, como frente a Nueva Chicago.
“El gol fue cumplir un sueño en un fútbol tan competitivo como el argentino y también resultó especial por la forma en cómo se dio ya que fue un pase genial de La Yoya”, deja escapar su alegría el zurdo luego de su bautismo con todas las luces.
El hombre de la Selección Mayor de Ecuador (sería convocado para el amistoso ante Argentina), con más experiencia, sabe que todavía queda camino por recorrer y que su amigo necesita ir despacio y con humildad: “Kevin, de a poco, se va incorporando al grupo. Ante Chicago fue su primer partido y se dio con un gol. Esperemos que pueda aportarle mucho más al equipo durante el campeonato.
Está muy bien en todo sentido. Igual tengo que hacerle un reproche: el otro día tuvo varias jugadas donde debió ver que nosotros (por el resto de los delanteros) estábamos en el área”, bromea. Kevin lo mira y no dice nada, sabiendo que es palabra autorizada.
Como buen “hermano” de sangre ecuatoriana, Mercado fue recibido por Jaime en la Bodega con los brazos abiertos y le está haciendo más placentera su inclusión al plantel y al fútbol nuestro de cada día. Algo que reconoce el juvenil nacido en Guayaquil: “Me ayudó mucho la presencia de Jaime, porque sirvió para adaptarme más rápido al grupo. Con él es mucho más tranquilo porque conoce bien a la mayoría de los jugadores”.
-¿Es de hablarte mucho Jaime dentro y fuera de la cancha?.
-Sí. Es un gran compañero en todo sentido. Siempre me da consejos para mejorar. Me explica cómo es el fútbol argentino y remarca que los defensores son muy fuertes y golpean bastante. Para mí es muy importante que alguien como él te corrija permanentemente.
-¿Y vos Jaime? ¿Qué podés decir de Kevin? ¿Qué le puede aportar a este Godoy Cruz?.
-Lo mejor y su mayor virtud es la velocidad. Es muy potente y siempre trata de desbordar y buscar a los delanteros. Cuando encara con la pelota en los pies saca diferencia. Es importante que tome buenas decisiones en los momentos justos. Creo que puede ser muy útil en el equipo, porque tiene compañeros que lo pueden ayudar.
Se nota que hay química entre ambos. Cuando hablan uno del otro y cuando les toca compartir cancha con la redonda como pieza adorada. Es que se conocen bien porque la Liga de Quito fue testigo del primer encuentro. “Jaime sabe muy bien los movimientos que yo puedo hacer en ataque, y por eso no me cuesta acoplarme con él en el juego”, acota uno de los artilleros en Mataderos.
Pueden verse distintos ante la mirada de propios y extraños pero no hay dudas de que los une la misma pasión. El amor por los goles y la enorme ilusión de triunfar con la camiseta del Expreso.
Sí. Gemelos.