Sebastián Carmona (26) y Tamara Sierra (28) se van turnando para satisfacer todas las necesidades de Isis y Tania, sus hijas gemelas nacidas el pasado 6 de enero en el hospital Lagomaggiore. Mientras uno le da la leche a la primera, el otro cambia a la segunda y así con cada una de las actividades que desarrollan durante el día.
Próximas a cumplir los cuatro meses -y luego de pasar gran parte internadas en Neonatología de ese hospital- las pequeñas de Jocolí, Lavalle, se hicieron conocidas en toda la provincia. Es que ellas son las primeras bebas de Mendoza nacidas gracias a un tratamiento de fertilidad realizado en el ámbito estatal.
Si bien estas técnicas - y otras de mayor complejidad- se aplican desde hace tiempo en clínicas privadas, representa un gran avance para todas aquellas personas que carecen de cobertura de salud.
Así fue que Tamara, quien buscaba a un bebé desde hace 10 años, recibió el tratamiento gratuito en el hospital Central respaldado por el programa provincial de Salud Sexual y Reproductiva del Ministerio de Salud. Puntualmente lo que a ella le hicieron fue estimulación ovárica a través de medicamentos orales e inyectables. Esto le permitió tener óvulos aptos para luego tener relaciones sexuales y concebir a las bebas.
"Yo venía buscando a través de distintos tratamientos y nunca tuve buenos resultados. Era mi sueño pero se me había frustrado", recordó la joven madre. Hasta que en marzo del año pasado le recomendaron acercarse hasta el hospital Central donde trabajan los ginecólogos expertos en fertilización Emilio Gassibe y Fernando Manzur- junto a un gran equipo de profesionales- a través del programa provincial.
“En pareja con mi novio, actual marido, decidimos encarar el tratamiento juntos y empezarnos a hacernos los estudios previos con el doctor Gassibe”, contó.
Ella relató que tenía problemas de ovulación por lo cual le hicieron estimulación con medicamentos. Durante todo el proceso contó con el asesoramiento de ambos doctores y con ecografías gratuitas realizadas en el hospital. Luego, para los controles del embarazo, la derivaron al Lagomaggiore donde nacieron sus bebas con seis meses. “Estuvieron dos meses en incubadora y ahora ya están en casa”, aseguró aliviada.
Ahora las mira con ternura y le cuesta creer que finalmente logró sus sueño junto a su marido. “Siento una emoción enorme de saber que son mías, de ver que pude. Porque a pesar de todo nunca bajé los brazos, no quise darme por vencida”, expuso la mujer quien se encuentra eternamente agradecida de toda la atención recibida.
A su lado, Sebastián se muestra contento y orgulloso por el gran logro que representan sus hijas. “Hemos luchado los dos y nos apoyamos el uno en el otro, porque el proceso no es fácil pero hay que mantenerse firme”, remarcó el papá.
Él siempre quiso ser papá joven y tal vez tener más hijos, pero por el momento se encuentra muy atareado con las bebas. “Entre los dos nos vamos dividiendo las tareas y por suerte contamos con la colaboración y apoyo de nuestras familias”, apuntó.
Para él es muy positivo que el estado apoye a las personas que no pueden tener hijos. "Porque ahora es gratuito, si no a las personas que no tienen obra social se les complica muchísimo", aseguró.
Apoyo médico
Al doctor Gassibe le tocó acompañar a Tamara en todo el proceso. “Ella consultó por un caso de infertilidad asociado a falla de ovulación por lo que había que estimularle la ovulación con remedios orales e inyectables”, precisó. En estos casos es importante controlar con ecografías.
"Cuando los ovarios mostraron respuesta se le aplicó una última inyección y se la mandó a tener relaciones”, explicó. Si bien señaló que ella tuvo suerte ya que logró la gestación durante el primer intento, aclaró que no siempre ocurre.
El profesional destacó que para el estado este tipo de tratamientos son nuevos, ya que a pesar de la ley 26.862 de 2013 que indica que se debe garantizar el acceso a estas técnicas, recién el año pasado comenzó a funcionar el programa provincial que se ocupa de ello. Desde allí se encargan de realizar tres tipos de tratamiento: estimulación ovárica con relaciones sexuales programadas (de baja complejidad), inseminación (de mediana complejidad) y fertilización in vitro (alta complejidad).
Para concretar esta última opción, que está incluida en el programa aunque todavía no se conocen casos, la paciente debe viajar al Instituto Universitario de Medicina Reproductiva en Córdoba (IUMER), ubicada en esa provincia.
"Conseguir las drogas para el estímulo y coordinar las acciones de todo el equipo es un paso grande que se ha dado en esta gestión", dijo el doctor quien hizo hincapié en la labor de Roxana Cabrera, titular del programa provincial de Salud Sexual y Reproductiva.
El experto recordó que desde 2013 había presentado distintos proyectos sobre reproducción en el ámbito estatal pero que anteriormente no había tenido respuesta. “Si bien hoy no se cumple al 100% se ha iniciado un camino que lleva a que mejoremos lo que estamos haciendo”, señaló Gassibe.
Actualmente allí reciben entre 20 y 30 pacientes por semana con distintas problemáticas reproductivas y por el momento pueden realizar tres tratamientos de estímulo o inseminación por mes. "Hasta ahora hemos logrado cuatro embarazos de estimulación", remarcó quien espera que con el tiempo sean muchos más.
Por su parte, Roxana Cabrera, rememoró que cuando asumió encontró drogas para la fertilización guardadas de gestiones anteriores.
"Decidimos refuncionalizar lo que estaba en el Central con los profesionales de lujo que tiene", aseguró. Ella contó que del total de pacientes, aproximadamente un 70% de los casos se resuelven con tratamientos de baja complejidad.
“El tema es tomar la consulta, orientar a las pacientes, ver qué es lo que necesita la pareja y por qué no se ha podido quedar embarazada para luego ofrecerle soluciones”, precisó la titular del programa provincial.
Estos tratamientos que brinda el estado son exclusivamente para aquellas personas que no tienen obra social, tal como aclaró Cabrera.
“Tienen que pedir turno en el hospital Central con los ginecólogos Emilio Gassibe y Fernando Manzur para una primera consulta y desde allí se va articulando con el equipo”, detalló la funcionaria quien sostuvo que por el momento no hay lista de espera para las consultas.
Tres tratamientos pagos
Las mejoras en el ámbito de la reproducción asistida no son exclusivas del sector estatal, ya que gracias a la ley 26.862 las obras sociales han comenzado a hacerse cargo de estos tratamientos.
Luciano Sabatini, ginecólogo y experto en fertilización asistida, contó que el panorama se aclaró gracias a una reciente resolución del Ministerio de Salud de la Nación.
“Allí se confirma concretamente que desde el punto de vista de los tratamientos de alta complejidad la cobertura por parte de las obras sociales debe ser de tres tratamientos de por vida”, precisó. Así es que según su experiencia, la normativa se cumple en el 90% de los casos.
"La mayoría está cubriendo tanto diagnóstico y tratamiento. Lo que sí, algunas pacientes tienen inconvenientes para la cobertura en la medicación, ya que en algunos casos se cubre completo y en otros casos al 50%", detalló a la vez que comentó que en el instituto que él dirige, Centro de Reproducción del Oeste (CREO), se realizan 900 fertilizaciones in vitro por año.
Él celebró esta realidad como un avance. “Hace 3 años y medio no teníamos nada, todos los tratamientos se tenían que costear todo en forma particular”, dijo a la vez que aclaró que es necesario seguir trabajando sobre la ley y en las obras sociales que todavía no la respetan a pleno. “Algunas son complicadas con tiempos y burocráticos”, deslizó.
Para ilustrar este panorama alentador precisó que en el año 2013 el 95% de los tratamientos eran particulares y que en 2017, el 90% con cobertura de obras sociales. Esto es fundamental para las personas con problemas reproductivos ya que un tratamiento de fertilización in vitro cuesta actualmente alrededor de 70.000 pesos.