La Franja de Gaza, bajo el fuego de la operación “Barrera Protectora” lanzada por Israel con el objetivo de aniquilar las infraestructuras de Hamas, es un enclave palestino pobre y superpoblado controlado por el movimiento islamista.
La ofensiva israelí fue desatada el 8 de julio mediante ataques aéreos, antes de extenderse a un asalto terrestre lanzado el jueves en la noche con el objetivo de hacer cesar los disparos de cohetes sobre Israel. En total han muerto 342 palestinos y más de 2.000 fueron heridos.
Además, el creciente número de niños muertos en el último conflicto entre Israel y el grupo palestino Hamas en Gaza ha provocado conmoción en el mundo entero. No pasa un día ni una noche desde que se lanzó la ofensiva israelí sin que se repitan las mismas escenas: cadáveres de niños despedazados trasladados a la morgue de los hospitales y padres -cuando siguen vivos- desesperados (ver aparte).
Gaza había sido devastada ya por una ofensiva israelí aérea y terrestre entre diciembre de 2008 y enero de 2009, que causó más de 1.400 muertos palestinos. Los ciclos de violencia han continuado desde entonces, con una sucesión de ataques aéreos israelíes y de disparos de cohetes palestinos.
Bloqueados y hacinados
En este pequeño territorio de 362 km2, situado junto al Mediterráneo, al sudoeste de Israel y limítrofe con Egipto, viven hacinados 1,8 millón de palestinos. Se trata de una de las mayores densidades de habitantes del mundo. Ochenta por ciento de la población de Gaza depende para subsistir de la ayuda extranjera.
La Franja de Gaza es una región costera de 45 km de largo y entre 6 y 10 km de ancho, desprovista de recursos naturales. Sufre una escasez crónica de agua y casi no tiene industria.
Israel, que impone un bloqueo a Gaza desde la captura en junio de 2006 de uno de sus soldados, liberado en 2011, controla de manera estricta el espacio aéreo, las aguas territoriales, el tráfico de mercancías y el movimiento de la población.
La situación económica y humana se degradó aún más desde junio de 2007, cuando Hamas (acrónimo en árabe del Movimiento de Resistencia Islámica) tomó el poder, expulsando del territorio a los partidarios del presidente Mahmud Abas.
El único punto de acceso a Gaza que escapa al control israelí es el terminal de Rafa, en la frontera con Egipto, pero desde la destitución del presidente egipcio Mohamed Mursi en julio de 2013, El Cairo lo cierra regularmente y solo lo abre episódicamente para dejar pasar convoyes humanitarios.
El ejército egipcio ha destruido una gran parte de la red de túneles que permitían al Hamas reabastecerse en armas y en dinero. La única vía de mercancías a Gaza lo constituyen decenas de túneles de contrabando excavados bajo la frontera con Egipto.
Durante varias décadas, unos 8.000 colonos israelíes vivieron allí en 21 colonias, bajo la protección del ejército israelí, antes de la retirada unilateral del verano (boreal) de 2005. Gaza, la principal base del Hamas, se había convertido desde marzo de 2006 en la sede de facto del gobierno palestino, dominado por el movimiento islamista después de su victoria electoral. La Autoridad Palestina está instalada en Ramala (Cisjordania).
Unos 900.000 habitantes son refugiados o descendientes de refugiados que se instalaron en ese territorio luego de haber escapado o de haber sido expulsados de sus hogares durante la guerra árabe-israelí de 1948.
Según cifras oficiales palestinas, más de la mitad de los habitantes de la franja de Gaza vive bajo el umbral de la pobreza y al menos el 40% de la población activa carece de trabajo.
Los niños, el atroz "daño colateral"
Afana Shuheiber, de 10 años, jugaba en un tejado de la ciudad de Gaza con sus primos cuando un ataque la convirtió en uno de los 73 niños muertos en la ofensiva israelí en la Franja de Gaza.
El sábado, un grupo de organizaciones internacionales y palestinas de derechos humanos y de agencias humanitarias llamaron a un alto el fuego inmediato en Gaza debido al alto número de menores muertos.
"Hasta ahora, han muerto más niños en los ataques israelíes que militantes palestinos”, indicó el comunicado de los grupos, entre los que se encuentra la organización War Child and Defence for Children International (Defensa Internacional de los niños).
El sábado, la agencia de la ONU para la infancia, UNICEF, señaló que los niños sumaban hasta un tercio de las víctimas civiles del conflicto.
“Desde el 8 de julio hasta el 19 de julio han muerto al menos 73 niños palestinos como consecuencia de los bombardeos y ataques de las fuerzas aéreas, navales y de tierra israelíes”, dijo Catherine Weibel, de UNICEF.
Afnan, a la que sus familiares llamaban Fula, es una de estas víctimas. Murió el jueves por la tarde con sus primos, Jihad y Wisam, en el distrito de Sabra, en la ciudad de Gaza. Los pequeños habían aprovechado un momento de relativa tregua de la violencia durante la tarde para subirse a jugar al tejado, después de días encerrados en casa, según relataron los vecinos.
El miércoles por la tarde murió otro grupo de niños en la playa (también primos) mientras que otros -ensangrentados y horrorizados- pudieron refugiarse en un hotel ubicado a 200 metros de ocurrido el ataque.
El ejército israelí indicó que una investigación preliminar apuntaba a que los niños fueron las “trágicas” víctimas de un ataque dirigido a “los terroristas de Hamas”, el movimiento palestino que controla el enclave.
La responsable de UNICEF señaló también su preocupación por los efectos a largo plazo de la violencia sobre los niños de Gaza, muchos de los cuales viven su tercera guerra en menos de seis años -esta, la de 2012 y la de diciembre 2008-enero 2009-.
“Hay niños aterrorizados de por vida por lo que están viendo”, alertó Weibel.
Antes de la guerra, unos 60.000 niños en Gaza requerían ya algún tipo de ayuda psicológica, y calcula que esta cifra se disparará después del conflicto.