La ONU condenó un nuevo ataque contra una escuela de su agencia en Gaza hoy, en el que murieron 10 personas, al tiempo que Israel seguía retirando tropas de la Franja de Gaza.
El ataque aéreo fue dirigido contra una escuela de las Naciones Unidas en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, que acogía a alrededor de 3.000 refugiados palestinos que se habían quedado sin hogar.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó este nuevo bombardeo, al que calificó de "ultraje moral y acto criminal".
"Esta locura debe parar", exigió Ban, sin asignar explícitamente la responsabilidad del ataque en Rafah a un bando u otro, pero subrayando que el ejército israelí conocía la ubicación de los refugiados de la ONU en Gaza.
Un corresponsal describió escenas de caos en el lugar del bombardeo, con socorristas que intentaban evacuar a los heridos en medio de civiles corriendo entre charcos de sangre con niños en los brazos.
La ciudad gazatí de Rafah, próxima a la frontera con Egipto, se encuentra bajo el fuego de Israel desde el viernes, día en el que la muerte de tres soldados israelíes puso fin a una breve tregua aceptada tanto por Israel como por el movimiento islamista palestino Hamas.
Sólo este domingo, 71 personas murieron en el sector de Rafah, según los servicios de emergencia locales.
Tomadas por fotógrafos de la AFP en la morgue, imágenes de bebés muertos o de familiares que lloran a nueve miembros de una misma familia diezmada por un ataque contra su casa reflejan la suerte que corre la población de Rafah desde el viernes.
Repudio de Washington
"Estados Unidos está horrorizado por el vergonzoso bombardeo de una escuela de la UNRWA (la agencia de la ONU para la ayuda a los refugiados palestinos) en Rafá", declaró la portavoz del departamento de Estado Jennifer Psaki en un comunicado. "Insistimos una vez más en que Israel debe hacer más para respetar sus propios criterios y evitar víctimas civiles", acotó.
"Las coordenadas de la escuela, como todas las instalaciones de la ONU en Gaza, fueron comunicadas repetidamente a las fuerzas de defensa israelíes", explicó Psaki, quien observó que "la sospecha de que cerca (de esos lugares) operan militantes" no justifica las incursiones que ponen en peligro tantas vidas de inocentes".
"Las instalaciones de la ONU, y sobre todo los refugios para civiles, deben estar protegidos y no deben servir de base para lanzar ataques", agregó en referencia a los militantes del grupo islamista Hamas.
Psaki demandó una investigación rápida y completa de este episodio e intimó a todas las partes a proteger a la población civil y respetar las leyes internacionales humanitarias.
"Esta locura debe parar"
La operación israelí Barrera Protectora, iniciada el 8 de julio, se ha cobrado ya la vida de más de 1.850 palestinos, en su mayoría civiles. Del lado israelí, 64 soldados y tres civiles han muerto.
"Esta locura debe parar", declaró el secretario general de la ONU en medio de llamados internacionales a favor de un cese el fuego.
Se trata del tercer ataque contra una escuela de la ONU en los últimos 10 días. Unos treinta palestinos fallecieron en bombardeos contra una escuela en Beit Hanun el 24 de julio y en Jabaliya el 31 del mismo mes.
Los palestinos acusan de estos ataques a Israel. El ataque de Jabaliya fue presentado por la ONU y por Estados Unidos como un ataque probablemente israelí.
Israel acusa al movimiento islamista Hamas, que controla la Franja, de usar a civiles como escudos humanos y de disparar cohetes contra Israel desde hospitales y escuelas.
El ejército israelí anunció que llevará a cabo una investigación sobre el origen del disparó contra la escuela en Rafah.