Tres de los tenistas de La Legión, conocidos entre ellos desde chicos fueron nombrados hoy por la AAT para reemplazar a Orsanic en la capitanía del equipo argentino de la Copa Davis, que en setiembre deberá enfrentar a Colombia. Se trata de Gastón Gaudio, Guillermo Coria y Guillermo Cañas.
Ellos, junto con Nalbandian y Zabaleta marcaron una etapa de oro del tenis argentino. Y de este grupo, salió la novela: el odio de Gaudio y el "Chino" Coria que finalmente terminó con final feliz.
En el 2004 Coria estaba en la cúspide de su carrera, destacándose en el polvo de ladrillo. Ese año había perdido un solo partido y fue ante el N°1 Roger Fderer, nada más ni nada menos. Por lo que el tenista de ojos rasgados era la promesa argentina para el Roland Garros, era la ilusión de que Argentina lograr el Grand Slam después de que Guillermo Vilas lo ganara en 1977.
Mientras, Gaudio venía abriéndose paso sorpresivamente. Y de pronto, del puesto 44, llegó a la final con hambre y ganas de alcanzar su máximo nivel. Y lo logró. Justamente, venciendo a Coria, quien había comenzado como absoluto dominador del juego siendo el N°3 del mundo. Este triunfo de Gaudio, habría evitado que Coria llegara al N°1.
Pero esto fue el desenlace. La mala relación comenzó en Hamburgo, luego tuvieron discusiones en Viña del Mar y en Buenos Aires (2001), donde allí Gaudio sacó su espíritu provocador festejando el título con un bailecito tropical, mientras Coria lo esperaba para saludarlo. Pero este último le retribuyó con la misma danza burlona en la cara en la semifinal del mismo torneo del año siguiente. Dicen que en el vestuario la cosa pasó a mayores...
"La pica" entre ellos se hizo mediática
En las semifinales del Masters Series de Hamburgo en 2003, se volvieron a encontrar. Coria sufrió un calambre, fue asistido y siguió jugando. Ganó 6-0 el set decisivo. Coria se acercó a la red saltando en una pierna. Gaudio lo miró y le dijo: “¿Qué te pasa, pendejo de mierda? No me mires así porque te cago a trompadas, gil”, según cuenta, Alejandro Prosdocimi, en su libro "La final".
Las chicanas y las provocaciones siguieron. Ambos tenistas colgaron las raquetas teniendo un "enemigo íntimo".
Hoy, serán conductores del equipo de la Copa Davis, junto a Guillermo Cañas, quien siempre mostró la mejor relación con ambos. Hay quienes dicen que viene a mediar y a armonizar el grupo de capitanes.
En setiembre veremos qué resulta de esto y si las asperezas se limaron con el tiempo.