El barrio está en paz, aunque tiene un leve tono celeste. Hoy el hincha de Gutiérrez podrá gastar al de Maipú porque los visitantes fueron los que salieron con una sonrisa después de conseguir un agónico empate, a pocos minutos del final, mientras que los Botelleros tendrán que morderse los labios y guardar bronca hasta el próximo derby.
El derby de la ciudad terminó igualado en un tanto con goles de Lucas Masoero para el Cruzado y Nicolás Gatto para Gutiérrez.
El partido arrancó siendo friccionado, mal jugado y con dos equipos que necesitaban sumar, pero no podían perder. Por esa razón es que se vieron a dos equipos que amagaban, pero no se lastimaban y apostaban a las pelotas paradas.
Así fue como se abrió el marcador, con un gol tan feo como el partido. Es que después de un tiro libre con pimienta de Oscar Amaya, Masoero aprovechó que José Luis Martínez Gullota dejó un rebote corto para poner arriba al Cruzado.
De ahí en más los dirigidos por Juan Carlos Bermegui manejaron el ritmo del partido, con el “Negro” Amaya como conductor pero sin socios para generar juego.
Por el lado de Gutiérrez, Alejandro Abaurre sigue sin poder conseguir que el equipo maneje la pelota como lo hacía la temporada pasada, pero con diferentes actores.
En este torneo el “Cachorro” no ha logrado que Emmanuel Díaz, Ricky Gómez y Joan Juncos entren en sintonía para generar más juego y asociarse con Nicolás Gatto y eso se notó en el partido.
Además, al visitante se le notó el desgaste físico que tuvo por jugar el miércoles ante Unión en San Juan. Por eso el ingreso del pibe Osvaldo Alesci (fue su debut) le dio otro aire a la defensa y también al ataque.
Pero cuando el equipo no funciona siempre es importante tener a un referente que saque la cara por el equipo y ese fue José Luis Martínez Gullota.
“Wally” apareció en todo su esplendor para mantener vivo a Gutiérrez en todo momento. El arquero celeste tuvo tres atajadas clave, sobre todo en el arranque del segundo tiempo cuando el Deportivo Maipú estaba dispuesto a cerrar el partido.
Primero a Matías Persia, después a Ojeda y más tarde a Amaya, los tres atajadones del ex arquero de Racing hizo que los futbolistas visitantes se miren entre sí y se dieran ánimo para empatar el partido.
Y así fue, porque Abaurre olfateó sangre y por eso mandó a la cancha a un Agustín Sanfilippo y Gabriel Barrientos que le dieron más fútbol en el medio y decidió atacar donde a Maipú donde más le dolía: por los laterales.
Así fue como Barrientos metió un cambio de frente y nadie siguió al pibe Alesci, que se metió hasta las entrañas de la defensa del Cruzado y se la bajó a Nicolás Gatto para que el “9” decrete el empate final.
Así el Cruzado terminó la tarde con una mueca de fastidio por el triunfo que se le escapó, mientras que los visitantes se fueron exultantes por el primer punto conseguido, nada menos que en un clásico.
Ahora Maipú, en su primer partido fuera de Mendoza, deberá buscar en San Juan los puntos que se perdieron como local, mientras que para Gutiérrez será la gran oportunidad de retomar la confianza y volver a sumar de a tres ante Estudiantes de Río Cuarto.
