Muchas dudas. Pocas certezas. Idas y vueltas. Jugadores que se van, otros que no llegan..
Así vive Daniel Oldrá sus días como entrenador del Tomba en este nuevo proceso. Mirando el futuro, hasta el momento, cono incertidumbre y sin saber cuándo tendrá el modelo futbolístico armado.
El entrenador aceptó el pedido de los dirigentes de permanecer en el cargo, pero puso una condición que se debía respetar: no desarmar el equipo y conservar la base sustentada en los jugadores clave.
Con el correr de los días en el mercado de pases, el panorama se le fue complicando al adiestrador con respecto a los hombres que consideraba fundamentales para afianzar al resto.
Considerado el más vendible por los directivos, no dudaron en vender a José Luis Fernández a Rosario Central.
Capitán del conjunto y referente del plantel, el zurdo era muy importante dentro y fuera de las canchas. Sí. Una baja que deja un hueco grande de llenar.
“El primer refuerzo debe ser Ayoví”, declaraba el DT apenas finalizado el torneo de Transición. La dirigencia hizo uso de la opción y tiene encaminada la operación, pero faltan resolver varios temas y el delantero aún no se presenta a la pretemporada.
Esta situación mantiene en vilo al técnico porque no sabe cómo se resolverá.
El ecuatoriano tiene pasaje a Mendoza, pero ya se perdió cuatro días de entrenamientos.
Con Federico Lértora la historia ya estaba hablada y juzgada. Oldrá no lo cuenta para el equipo y el volante está buscando club. Su problema es contractual con los dirigentes. Tiene 6 meses de contrato.
El dolor de cabeza más grande es con Diego Rodríguez, quien tiene chances de pasar a Independiente. Lo puede perder y sería una salida durísima para el conductor pensando en el diseño del elenco.
El Gato está encerrado.
