Gatillo fácil: dudan si la bala homicida era del policía acusado

Los forenses dijeron que no lo pueden asegurar. Esto beneficia la situación del policía único sindicado como quien mató a Franco Díaz. El debate continuará la semana que viene.

Gatillo fácil: dudan si la bala homicida era del policía acusado
Gatillo fácil: dudan si la bala homicida era del policía acusado

La tercera audiencia por el crimen de Franco Díaz (19), que tiene como escenario la Primera Cámara del Crimen fue, al igual que las anteriores, extensa y con varias contradicciones.

María Cristina Monge y Serafín Alberto Romero, del Cuerpo Médico Forense, explicaron con gráficos y fotos la herida que terminó con la vida de Franco Díaz, oportunidad en que destacaron que, por las "características del orificio de entrada y teniendo en cuenta las lesiones internas a nivel laringo-traqueal, la víctima tenía, en el momento del disparo, su cabeza reclinada sobre el pecho...".

Tras lo cual y ante una pregunta de los abogados Carlos Reig y Guillermo Nievas, los médicos no pudieron dar certezas de que el proyectil rescatado del rostro de Johana Flores -la chica que estaba al lado de Franco y que recibió un balazo en su pómulo- haya sido el mismo que impactó a Franco provocándole la muerte. Aquí vale destacar que existe en el expediente una prueba de ADN donde se informa que "se observó un perfil genético femenino en un porcentaje superior al 99,99% perteneciente a Johana".

También se escuchó el testimonio de efectivos que estuvieron en las inmediaciones del domicilio de Groussac al 1300 de Godoy Cruz aquella madrugada. Y hablaron los peritos del Cuerpo Médico Forense, testigos de identidad reservada a los que hubo que buscar en vehículos del Poder Judicial y el dueño de la casa donde se realizaba la fiesta para festejar el cumpleaños de un tal Lucas, aunque la invitación por la redes sociales hablaba de "fiesta de Gancia".

Entre los testimonios hubo contradicciones. Para Salvador Cicuro, padre del joven que había organizado el encuentro, los "chicos no tiraron piedras, tal vez cascotes de tierra y nada más", mientras que los uniformados se extendieron en dar detalles que, en ese momento, fueron agredidos con "piedras, palos e inclusive botellas que tiraban desde los techos de la casa".

"No disparen..."

"No disparen... no disparen...". Fue lo que se escuchó por la frecuencia policial durante aquella madrugada. El que dio la orden era el subcomisario Francisco Verna, responsable del procedimiento y fueron dichos desde un móvil que pasaba por la puerta de la casa, después que un efectivo que sacaba el brazo por la ventanilla disparó con una pistola 9 mm, mientras que otra versión había hecho referencia a que el policía que disparó lo hizo asomando el arma por la puerta entre abierta.

Los peritos destacaron como "poco probable" que el disparo haya sido hecho desde un vehículo en movimiento.

Otro dato

Algo que hasta ahora se desconocía fue el hecho de que Cicuro había sido herido "levemente" con un disparo. El hombre que cuando llegó el primer móvil respondiendo al reclamo de los vecinos por los ruidos molestos, no se encontraba en la casa, aseguró que cuando llegó trató de dialogar con los policías, pero su intención no tuvo eco, sino que por el contrario, en ese momento de tensión, le reclamaron "ver los papeles del auto" y después me obligaron a "desalojar la casa", que estaba ocupado por más de 150 jóvenes.

Después explicó que salió a la calle por la puerta de la esquina (Groussac y Pescara de Tomba) y ahí recibió un disparo "que le rozó la cabeza". Inmediatamente cerró la puerta y con una toalla detuvo la sangre.

También recordó que en ese momento le avisaran que había "dos jóvenes heridos", en referencia a Díaz y Johana Flores, asegurando que la ambulancia no pudo llegó hasta el lugar y que al "chico lo llevaron sus amigos hasta una camioneta y ahí la policía lo tiró en la caja como una bolsa de papas".

Sobre el final y al "agradecer" una pregunta de la fiscal Claudia Ríos sobre si había recibido algún tipo de amenazas, el hombre indicó que "concretamente no, pero hay hechos como el haber puesto un destacamento frente a mi casa (por el Sardi), mientras que cada vez que sale uno de mis hijos lo paran y le piden documentos. Creo que es una forma de amedrentamiento? ".

La jornada se completó con testigos como Javier Gómez, un amigo de Franco Díaz, Johana Salinas, hija del dueño de la casa y los uniformados Lucas Arrieta y Eduardo Zambrano, entre otros.

Después de suspender la convocatoria de una treintena de testimonios (los que serán incorporados por lectura) el Tribunal pasó a un cuarto intermedio hasta la próxima semana.

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