Gastón Pauls cambió su vida y decidió comenzar a predicar. Con sus 47 años y una larga experiencia él decidió salir al camino para hablarle a la gente. "No paro de dar charlas, estoy al mango total", contestó él desde Córdoba.
“En el año 2007 cuando, después de intentarlo de un millón de maneras, no podía dar con nada que me hiciera salir de la adicción y el consumo. Había intentado ya todas las maneras posibles y, en la hora más desesperada, como le ocurre a muchos no creyentes, no fui el único que levantó la mano y le pidió ayuda a Dios. Y la ayuda vino", relató el actor a Ciudad.
Y siguió: "Me identifico con la fe, con Dios y lo que Dios día a día hace en mi corazón. Yo trato de predicar con eso. Cuando uno predica está dando un testimonio, nada más. Me refiero a la prédica como palabra y a orar como hablar. Entonces, me refiero a la relación que uno pueda tener con Dios. Cuando uno ve la naturaleza como las Cataratas del Iguazú, decís ‘esto no está hecho por un arquitecto humano’. Sirve para salir un poquito de la demagogia y el egocentrismo. Está bueno saber que hay algo por encima nuestro".
Sobre sus adicciones él habló y analizó si se arrepiente o no de su pasado: "Me lo pregunto mucho... pero no podría arrepentirme. Evidentemente, es parte de lo que tuve que vivir y lo único que tengo que hacer es recordar diariamente dónde estuve para no volver a estar ahí. Pero a mí también esta experiencia me permite hoy estar dando estas charlas. Ya hablé ante más de 60 mil personas así que para mí es parte del camino. No hay arrepentimiento, lo que hay es memoria constante de dónde estuve y dónde no quiero volver".
¿Qué habla adelante de la gente? "Son un testimonio en primera persona. Cuento lo que me pasó, lo que viví, lo que sufrí y también por dónde apareció mi recuperación. De alguna manera, es compartir y ojalá eso sirva para prevenir. En este año y medio, he recibido mucha devolución: desde gente que en una charla levanta la mano y dice ‘yo soy adicto y es la primera vez que lo digo’ hasta otros que cuentan que su padre o su madre lo están haciendo. Son muy potentes las charlas".