Dos personas permanecían detenidas ayer después de que la policía francesa hallara varias garrafas de gas en un coche cerca de la catedral de Notre Dame de París el fin de semana.
El descubrimiento del automóvil con su carga de cilindros de gas se produjo en pleno estado de emergencia, casi dos meses después del atentado de Niza, que dejó 86 muertos.
La fiscalía antiterrorista francesa abrió una investigación preliminar por asociación de malhechores con fines terroristas. En 20 meses Francia fue blanco de al menos media docena de ataques, muchos reivindicados por Estado Islámico, con saldo de cerca de 250 muertos.
Los dos detenidos -sospechosos en los archivos de los servicios de inteligencia de vínculos con movimientos yihadistas- fueron detenidos en una zona de descanso de una autopista francesa, dijeron fuentes policiales.
Por su parte el propietario del automóvil -con antecedentes de proselitismo islámico tiempo atrás- fue liberado. La policía busca entretanto a la hija del hombre, a quien su propio padre definió como “radicalizada”.
Los investigadores no encontraron ningún detonador dentro del vehículo estacionado.