En los cuatro años que lleva al frente de Perú, el argentino Ricardo Gareca lo devolvió a un Mundial, Rusia-2018, tras 36 años de ausencia y la clasificó para la final de la Copa América-2019. En ese tiempo, cuatro técnicos pasaron por el banquillo de la Albiceleste, sin lograr darle a Lionel Messi la ocasión de levantar un título.
La selección mayor argentina no gana un título desde 1993. Más de un cuarto de siglo de sequía, demasiado tiempo para un país que vive el fútbol como una religión y para uno de los equipos más populares del planeta.
Y Messi, considerado por muchos como el mejor jugador de la historia y que ha ganado todos los títulos posibles con su club, el FC Barcelona, sigue acumulando frustraciones con la camiseta albiceleste y sin poder levantar una copa con su país.
La angustia por esa falta de resultados puede explicar en parte la espiral autodestructiva en la que parece inmersa la selección argentina, donde sólo valen los resultados inmediatos, sin que éstos lleguen y sin consolidar un estilo de juego que haga reconocible al equipo.
Desde que en Ecuador-1993 Óscar Ruggeri levantase la última Copa América ganada por Argentina, dirigida por Alfio Basile, catorce técnicos han pasado por el banquillo albiceleste, cuatro en los últimos cuatro años: Gerardo Martino, Edgardo Bauza, Jorge Sampaoli y Lionel Scaloni.
En ese tiempo, Gareca inculcó una mentalidad ganadora a los futbolistas peruanos y construyó un equipo con un modelo de juego reconocible, basado en el toque del balón, la asociación en ataque recudiendo los pelotazos a Paolo Guerrero, sin olvidar la solidez defensiva y un gran despliegue físico.
"Extraordinario trabajar con Gareca. Es una gran persona. Como entrenador, estratega, es un tipo que conversa mucho. Entiende mucho al jugador. Da mucha confianza. Te motiva mucho antes de los partidos. Eso a uno le gusta. Creo que ha podido cambiar un poco el pensamiento, el chip peruano. Hoy en día veo a mi selección corriendo, luchando hasta el último", resumió Guerrero en 2017.
Los resultados no tardaron: tercer puesto en la Copa América-2015, regreso a un Mundial tras 36 años de ausencia (en Rusia-2018) y clasificación para una final continental (Brasil-2019) 44 años después de la última disputada por la Blanquirroja.
"Son cuatro años al mando de la bicolor, tiempo suficiente para consolidar una idea del juego y llevar a escribir un nuevo capitulo de su historia, pero esta vez compuesta por ilusión y mucha alegría", destacó el diario La República al día siguiente de la victoria 3-0 contra Chile que clasificó a Perú para la final de la Copa América contra Brasil, el próximo domingo en el Maracaná.
"Gareca: el arquitecto de este sueño", tituló este rotativo, aunque no todo ha sido un camino de rosas para el 'Tigre', quien tras la derrota 5-0 contra la anfitriona en el último partido de la fase de grupos, parte de la prensa y la afición reclamaba ya un cambio de seleccionador, al considerar cerrado el ciclo del argentino.
"Nos tocó atravesar momentos duros en la Copa y llegamos por méritos propios a la final, nos supimos sobreponer a una adversidad importante como fue esa derrota ante Brasil, que predispone mal y produce un movimiento y críticas fuertes", admitió el técnico tras eliminar al bicampeón.
Pero la paciencia y la confianza parecen dar resultados a Perú. La tuvieron los dirigentes con el técnico cuando los resultados no llegaban y la demostró el entrenador con sus jugadores, como por ejemplo, manteniendo en el arco a un Pedro Gallese que estuvo horrible contra Brasil, pero que se reivindicó como uno de los héroes contra Chile.
Paciencia y confianza son dos palabras que parecen haber desaparecido del diccionario del fútbol argentino. La prensa ya especula con el futuro de la selección y de Scaloni, que parece que conservará el puesto hasta el inicio de las eliminatorias para el Mundial de Catar-2022, en marzo próximo.
Entre otras cosas porque los técnicos argentinos que están triunfando con sus clubes, como Diego Simeone en el Atlético de Madrid, Mauricio Pochettino en el Tottenham o Marcelo Gallardo en River Plate, no parecen dispuestos a dejar la estabilidad de sus equipos por la silla eléctrica en que se ha convertido el banco albiceleste.
Una parte de la prensa señala que el próximo seleccionador de Argentina podría ser... Gareca. Hace un año ya se postuló tras el Mundial, pero la llamada de la AFA no llegó. ¿Sonará esta vez el teléfono?