Ganancias y los problemas del gobierno

Ganancias y los problemas del gobierno

Por Rodolfo Cavagnaro - Especial para Los Andes

En una puja por ver quién madruga al otro, esta semana el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, y el Gobierno nacional, presentaron sendos proyectos para modificar el impuesto a las Ganancias que grava a los trabajadores en relación de dependencia. El proyecto opositor avanza un poco más y trata el tema de los monotributistas y autónomos.

El tema es complejo y está emparentado directamente con la situación fiscal del Gobierno, que no viene conforme a lo esperado. Con la marcha de los días y los graves errores cometidos, el Gobierno debió ceder varias iniciativas que pretendían recuperar recursos fiscales mientras, por otra parte, iba bajando algunos impuestos o quitando retenciones, lo que le complicó el panorama.

Uno de los mayores sacrificios surgió del erróneo procedimiento utilizado para actualizar tarifas de servicios públicos. Esto hizo que tuvieran que elegir un camino más gradual y de esa manera sostener un volumen de subsidios muy alto. Otro de los problemas viene de demandas surgidas de sectores sindicales, apoyados por sectores de oposición que tratan de sacar ventajas.

El problema es que se ha llegado a un punto complejo. El Gobierno propone una rebaja del impuesto muy amarreta, que está consensuada con las provincias, que son las que reciben casi el 50% de su producido por coparticipación. Una rebaja complica a todos los gobernadores e intendentes del país, de cualquier signo.

Massa se aferra a su propuesta, que es mucho más generosa y dice “trabajar para los laburantes”, aunque sin reparar en qué forma se puede financiar su propuesta, que tiene un costo fiscal de $ 70.000 millones anuales. Hay que recordar que de cada 100 pesos que el Estado recauda, 25% corresponden al impuesto a las Ganancias.

El Gobierno hace una propuesta que no satisface a los trabajadores ya que, cuando salgan las paritarias del año próximo, más de 500.000 trabajadores quedarán alcanzados, lo que pone de mal humor también a los sindicalistas. El Gobierno argumenta que es lo que puede dar por ahora y que todos deben entender que debe ser un camino gradual.

Los problemas que deben enfrentar

Octubre marcó un crecimiento récord del déficit fiscal, ya que subió un 336% a unos 77.000 millones de pesos. En los primeros diez meses del año, el déficit acumuló $ 429.967 millones y, seguramente, terminará superando las metas oficiales, que se hicieron sobre otro esquema de ingresos.

Pero el gobierno tiene otro problema que resolver y es la reactivación de la economía. Las mayores trabas las tiene dentro del mismo equipo económico que no termina de acordar una estrategia común. Se apuntaba a la inversión pero se encuentra con un problema de tiempos. Las inversiones para nuevos proyectos demoran un tiempo en hacerse efectivas.

Las empresas, que tienen una capacidad ociosa del 40%, no tienen necesidad de invertir sino de que aumenten sus ventas. Pueden aún crecer un alto porcentaje sin necesidad de invertir. Por otra parte, no puede esperar nada de las exportaciones ya que la estrategia de mantener bajo el dólar se les volvió en contra y, con la inflación, el tipo de cambio pierde competitividad.

La mira está puesta en las estrategias del Banco Central, ya que la política de tasas desplegada desde principios de año, para evitar una corriente de demanda sobre el dólar, terminó siendo perjudicial por dos vías. Por una parte, las altas tasas se trasladaron al sistema financiero y los bancos atraían a sus clientes con rendimientos muy por encima de las expectativas inflacionarias. Esto hizo que se derivaran excedentes al ahorro en pesos, no hubo demanda de dólares, pero no se reactivó el consumo y los que necesitaban crédito se asustaban porque el costo era muy alto.

Por otra parte, el mercado del dólar no sólo no subió sino que tendió a la baja. En principio, porque los que tenían dólares, ante la perspectiva de una paridad con pocos cambios, vendían sus dólares y se pasaban a pesos para prestar al BCRA. En los últimos meses el tema se agravó porque, además, ingresaban dólares de inversores externos que los vendían para obtener altas tasas reales medidas en dólares.

Finalmente, el último mes, el ingreso de dólares por el blanqueo, mostró otra cara que contribuyó a mantener planchada la cotización de tipo de cambio. El ingreso de divisas a las cuentas más el impuesto percibido por el Gobierno, han contribuido a aumentar a oferta de dólares y mantener estable su cotización.

Posibles soluciones

El problema fiscal existe y es una realidad, pero la necesidad de reactivar la economía también es urgente y, de alguna manera, podría contribuir a mejorar los ingresos del Estado. El planteo de la oposición, más allá de lo deseable, no parece practicable porque las fuentes de financiamiento parecen difusas y son más marketineras que efectivas.

Cobrar impuesto a las Ganancias a operaciones pasadas de dólar futuro no parece legal. Las leyes no pueden ser retroactivas y eso Massa debería saberlo. Quienes participaron de esas operaciones aceptaron pagar un impuesto, aunque algunos se negaron y han hecho juicio al Estado. Esta alternativa no es viable.

Volver a poner retenciones a las exportaciones mineras tampoco parece ser una solución realista. El gobierno las sacó porque debía restablecer el cumplimiento de la Ley de Promoción Minera, que establecía estabilidad fiscal por 30 años. La aplicación de retenciones violó la ley y existen juicios pendientes aún por este tema.

Finalmente, la aplicación de impuesto a las Ganancias a la renta financiera es tan aceptable como exigir a los jueces que paguen impuesto a las Ganancias. Ambos supuestos, deseables, no son aplicables de inmediato ya que requiere la discusión de leyes en el Congreso y, dado el tenor del tema, van a requerir mucha discusión y debate. O sea, la propuesta del Frente Renovador no contiene mecanismos de financiamiento efectivos para ser aplicados de inmediato.

Algunos creen, no obstante, que la propuesta del Gobierno debería ser más grande y, si bien las nuevas escalas propuestas son más realistas, el mínimo no imponible propuesto quedaría rápidamente superado por las paritarias. Pero en el afán de conseguir la reactivación, muchos sectores estarían dispuestos a aceptar que el Estado financie, inicialmente, las diferencias, tomando nuevo endeudamiento.

El problema es compatibilizar los objetivos. En aras de la reactivación, el presidente Macri se puso firme ante las autoridades del Banco Central para que aceleren la baja de tasas. Esto, además de reducir el costo del crédito, podría generar una corriente inversora hacia el dólar, máxime cuando la moneda norteamericana, por ahora, se está revaluando en los mercados mundiales, generado la devaluación del resto de las monedas.

Diciembre será la prueba de fuego para saber si se discuten temas importantes o sólo se está trabajando en vista de las elecciones de 2017.

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