De no mediar un cambio, este mes los trabajadores alcanzados por Ganancias verán en sus recibos que una parte sustancial del medio aguinaldo no irá a sus bolsillos sino a las arcas del Gobierno.
Para niveles salariales medios- de entre $ 16.000 y $ 27.000 de sueldos netos (después de los descuentos de jubilación y obra social), el impuesto a las Ganancias absorbe entre una tercera parte y hasta el 77% del medio aguinaldo.
En lugar de un bono de fin de año para compensar la mayor inflación, ese segmento de trabajadores tiene una doble poda: por inflación y por ganancias, que no son reales sino nominales o ficticias, por la mayor inflación.
Eso pasa porque al cobrar el medio aguinaldo aumenta la presión del impuesto y en muchos casos hasta se produce un salto en la escala del impuesto y el trabajador pasa a pagar una tasa más alta que la que ya estaba tributando.
Esta “evaporación” del medio aguinaldo y de la fuerte confiscación del salario que produce Ganancias se debe a que el Gobierno no ajustó este año el mínimo no imponible y, como viene pasando desde el año 2000 -hace 14 años- no actualizó las escalas salariales sobre las que se aplican las tasas del impuesto.
Así, para un trabajador casado con 2 hijos que cobra $ 17.000 de sueldo de bolsillo, el descuento de Ganancias se llevará el 32,8% del medio aguinaldo neto. Y un trabajador soltero con ingresos por $ 27.000 también de bolsillo, Ganancias se llevará el 76,8% del medio aguinaldo, de acuerdo a los cálculos del Iaraf (Instituto Argentino de Análisis Fiscal).
El descuento por Ganancias será mayor si percibe una bonificación extra o gana más, según se puede advertir en la infografía que acompaña esta nota.
Con estos números, y al analizar lo que pasó durante todo el año el trabajador verá otra desagradable sorpresa. Por ejemplo un trabajador soltero con un sueldo neto de $ 16.000, habrá tenido retenciones por Ganancias por $ 22.200: la pérdida equivale a casi un sueldo y medio. Y si cobró $ 20.000, el impuesto a las Ganancias le “muerde” dos sueldos al año.
Sin embargo, el Gobierno está empecinado en no actualizar las bases imponibles de Ganancias porque eso le permite contar con una recaudación extra -especulando a su favor con la alta inflación- en detrimento de más de un millón de asalariados de sueldos medios y altos.
Y también de otro medio millón de autónomos que tienen un mínimo no imponible más bajo y por ende pagan más impuesto.
Si el Gobierno hubiera actualizado los valores de los topes salariales a partir de los cuales se paga Ganancias a los niveles de 1999, hoy el mínimo no imponible de un casado con 2 hijos debería ser de $ 25.000. Sin embargo, actualmente está en $ 9.020 -menos de la mitad- para los que ganan entre $ 15.000 y $ 25.000 y se ubica en apenas $ 7.517 para los que perciben sueldos de más de $ 25.000
En dos ocasiones, Cristina Kirchner anunció que el pago del medio aguinaldo quedaba excluido de tributar ganancias. La primera vez fue para el medio aguinaldo correspondiente a la segunda mitad de 2012. Luego hizo lo mismo con el primero de 2013.
Esta vez la decisión política de la Presidenta es no eximir el medio aguinaldo que se cobrará este mes. Entre otras cosas porque el Gobierno está acosado por el creciente déficit fiscal.
Por eso, en varias ocasiones el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el ministro de Economía, Axel Kicillof, dijeron que este año el impuesto “no se toca”, pese a los pedidos generalizados. En tanto, no hacen comentario alguno sobre la renta financiera, que sigue exenta de Ganancias.