El Gobierno de San Luis fue más allá de las disposiciones adoptadas por el presidente Alberto Fernández y blindó de tal forma la provincia que, salvo el transporte de cargas, nada entra o sale aunque sea una actividad exceptuada en la reglamentación nacional como lo es la producción agropecuaria.
La decisión el gobernador Alberto Rodríguez Saá, desató una guerra con Córdoba, y desde entidades ruralistas de la provincia mediterránea tildaron al mandatario de actuar como un señor "feudal".
El foco de tensión entre cordobeses y puntanos no es el único. Los productores ganaderos de Mendoza también pusieron el grito en el cielo porque, aseguran, son víctimas de las mismas prácticas.
"No importa el permiso que tengas, cuando llegás al límite no te dejan pasar. La Constitución y las decisiones del Presidente no sirven de nada para Rodríguez Saá, el maneja todo como amo y señor y no le importa nada. No podes llevar ni comida al puestero", afirmó un ganadero alvearense que alquila un campo en San Luis y pidió expresamente no dar su nombre por temor a represalias a futuro.
Unas 48 horas antes de la entrada en vigencia de la cuarentena obligatoria, San Luis cortó todos sus accesos, sin importar si eran rutas de jurisdicción provincial o nacional, y sólo dejó liberada la ruta nacional 7. Esa decisión trabó hasta el paso de los camiones sin importar qué tipo de carga transportaban.
Cuando el 20 de marzo comenzó a regir la cuarentena obligatoria, el gobierno puntano se acomodó a la reglamentación nacional, pero en parte. Mantuvo el bloqueo de todos los caminos provinciales mientras que liberó la ruta nacional 188. No así la ruta nacional 146 (Monte Comán - La Horqueta).
Pero ahí no termina todo. Si bien el transporte circula sin inconvenientes, las personas físicas no pueden entrar o salir del territorio puntano, aunque estén alcanzados por la excepción a las actividades declaradas esenciales.
"Hay productores que alquilan campos en San Luis porque allá mueven la hacienda durante el invierno, para continuar con el ciclo de recría, pero uno si tiene que ir al campo a llevar algo, hacer una reparación o incluso llevar comida al puestero o incluso a pagarle, no lo puede hacer. La policía no lo deja pasar", afirmó un ganadero.
"Efectivamente esta situación se está dando y hay productores que la están padeciendo", sostuvo Ramiro Labay, presidente de la específica de Ganadería de la Cámara de Comercio de Alvear.
Su par de la Cámara de Comercio de San Rafael, Roberto Ríos, corroboró esa versión y además aseguró que hacia el lado de la ruta 146 la situación todavía es peor porque "directamente está cortada y no pasa nada por La Horqueta. Para enviar una carga hay que dar la vuelta por la 188. Ellos consideran que esa ruta es provincial y la cerraron por completo", comentó.
Para salir del paso, los productores ganaderos llegaron a una solución transitoria, como hacen también los cordobeses: llegan hasta el control y ahí lo espera alguien del otro lado del límite y traspasan la carga o le entregan el envío (víveres, productos para los animales, entre otros tantos elementos de primera necesidad para el campo) y así llegan a destino.
“Llegan al control y le pasan las cosas a alguien del otro lado”, indicaron Ríos y Labay por igual.
A nivel gubernamental, Damián Carbó director de Ganadería de Mendoza, reconoció que estos problemas son reales. "Hicimos las gestiones con el Gobierno de San Luis y nos dijeron que no había ningún impedimento. Sin embargo, en la práctica todo depende del policía que te toque en el control limítrofe", admitió Carbó.
"No importa el permiso que tengas y por más declaraciones públicas que hagan en San Luis, lo cierto es que la policía tiene la orden del Gobernador de no dejar pasar a nadie. No les importa si el puestero está solo y sin comida; no les importa nada", afirmó un productor sureño que trinaba de furia.
Por ahora, estos conflictos están afectando la libre circulación de los ganaderos de la zona que tienen actividad en las dos provincias.
Siguen lospedidos por los acueductos en el sur
La cuarentena obligatoria también impactó en el avance de los acueductos ganaderos.
La red para suministrar agua de mejor calidad a los campos en General Alvear (acueducto Bowen - Canalejas) para el consumo animal está terminada. Sin embargo, estaban realizando las pruebas hidráulicas cuando irrumpió la pandemia y el trabajo quedó paralizado.
"Esperemos que puedan terminar con las pruebas cuanto antes. Además de la sequía que hay, necesitamos el agua pero todavía no recibimos ni una gota", comentó Ramiro Labay.
Del lado de San Rafael, el acueducto Monte Comán - La Horqueta estaba encaminado y sólo faltaba la adjudicación para iniciar la obra.
“El proyecto estaba listo, se licitó y sólo faltaba la selección de la empresa que hará la obra y empezar a trabajar pero todo esto (pandemia) lo dejó parado. Estamos confiados en que en poco tiempo más se concreten todos los pasos y puedan comenzar con la construcción”, dijo Roberto Ríos.
Preocupación por el financiamiento de algunos planes
Una de las preocupaciones del sector ganadero es la falta de recursos de la Dirección de Ganadería. La sanción del presupuesto 2020 sin el endeudamiento, generó que se produjeran recortes en distintas áreas y una de las que más sufrió el ajuste fue Ganadería, al punto tal que está en jaque el funcionamiento mínimo indispensable del organismo.
"No tiene presupuesto para nada", dijo Ramiro Labay de la Cámara de Comercio de Alvear y Roberto Ríos de la Cámara de San Rafael le agregó "se cayeron hasta los planes. Sólo va a estar el plan Toro", expresó.
Esta situación sirvió de trampolín a los ganaderos para reclamar la falta de presencia de Sergio Moralejo, subsecretario de Agricultura y Ganadería de Mendoza.
"Desde diciembre que lo estamos esperando no se apareció nunca", se quejó Labay.
Desde el Ministerio de Economía sostuvieron que Moralejo sí ha estado en contacto con dirigentes del sur, por lo que desconocieron la razón del reclamo. Además aclararon que tiene presupuesto la dirección y de hecho, este año ha sido la temporada en la que más se ha trabajado en los planes de vacunación. Se aportaron varios millones a las campañas contra la brucelosis y también contra la aftosa.