Por mucho que hablemos de ello, no deja de sorprendernos los cambios espectaculares que las molduras son capaces de efectuar en una casa. Sin miedo a equivocarnos, podemos afirmar que se encuentran en el podio de los recursos decorativos más efectivos.
Estos modelos tienen la capacidad de elevar y embellecer los espacios de la casa en cuestión de horas.
El festival estético empieza con Heritage, unas molduras clásicas que nos trasladan a la burguesía urbana del siglo XIX. Continúa con Noblesse, la elegancia elevada a la máxima potencia. Y sigue con Manoir, una mirada nostálgica a la Francia más aristocrática. El broche de oro lo pone Ba'rock, la versión más exuberante de la colección.
Un profundo respeto por la tradición, la tecnología moderna, el diseño inteligente y un enfoque sostenible.
Formas refrescantes y sencillas de traducir la grandeza clásica en interiores contemporáneos.
Paneles de pared, cornisas, zócalos a juego e iluminación indirecta aportan facilidad expresiva tanto en habitaciones pequeñas como en grandes salones.
Como solución decorativa, son infalibles: dan personalidad a los techos, realzan las paredes, destacan puertas y ventanas... Y son una solución cada vez más recurrente para arquitectos e interioristas.
De hecho, en pocos años, han pasado de ser consideradas detalles decorativos a convertirse en recursos arquitectónicos. Así lo dictan las últimas ferias de diseño.
Equilibrio, armonía... son conceptos que están relacionados con las molduras. Y también suavidad y delicadeza.
Se integran perfectamente al espacio y, además, tienen la capacidad de hacer que las habitaciones crezcan visualmente.
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Fuente arquitecturaydiseno.es