Américo Rubén Gallego dejó de ser el técnico de Independiente. Tomó la decisión de dar un paso al costado en el momento más caliente: el equipo lleva seis partidos sin ganar y se hunde en el descenso.
Tras el empate por 1-1 ante Unión, el viernes en Avellaneda, los hinchas se agruparon en la puerta del vestuario local y empezaron a insultar a los jugadores y al presidente Javier Cantero.
Nunca el Tolo fue el centro de los agravios de los hinchas de Independiente. Fue la gente que le pedía a gritos por el Tolo al presidente cuando el promedio amenazaba, sobre el cierre del torneo Inicial.
Ayer al mediodía, en la práctica a puertas cerradas que tuvo el plantel, Gallego les habría comunicado a sus jugadores la decisión de continuar a su cargo pero durante el transcurso del día de ayer, algo lo hizo cambiar de opinión. Ahora el equipo quedó a la deriva, sin un conductor, sin un reemplazante claro y con la soga del descenso bien apretada en el cuello.
La derrota con All Boys, en la fecha anterior, ya había golpeado fuerte. De hecho, hasta lo llevó a presentar su renuncia,aunque algunos lo desmintieron. Américo Rubén Gallego no tenía más fuerzas, no encontraba el camino y no supo cómo sacar a Independiente del momento en el que está inmerso desde el comienzo del Torneo Inicial.
Por eso, se confirmó la peor noticia, más allá de que a la mañana les había dicho a los jugadores que seguiría: no es más el técnico del Rojo.
El empate ante Unión fue un golpe más para este equipo sin rumbo y el Tolo, que había asegurado que seguiría hasta el final, decidió presentar su renuncia.
Javier Cantero prefería lo contrario, que siguiera hasta con la peor noticia consumada. Ahora, deberá salir a buscar un reemplazante que tome este barco a la deriva que es el conjunto de Avellaneda. ¿Quién podrá sacarlo?