Angel Gagliano y Elsa Pennesi fueron de esas parejas que marcan una época. Él llegó a convertirse en olímpico en Los Ángeles 1984 y ella no sólo lo acompañaba en su vida, sino que también fue su entrenadora.
Entre ambos formaron a una generación de atletas que le dieron a Mendoza triunfos en los últimos 30 años. Jorge Díaz, Ana María Destéfanis; Beatriz Barbera; Ana Padilla, Cecilia Antunes, Jorge Aranda y Fabián Porro, entre otros los tuvieron como formadores en la escuela que armaron en YPF,
Angel arrancó en la actividad en 1975. Su entusiasmo y dedicación fueron produciendo evidentes progresos, hasta que llegó diciembre de 1983 y en un torneo de saltos que se disputó en Las Cuevas, logró los 16,30 metros que lo catapultaron al récord argentino de la especialidad, como asimismo al primer lugar del ranking sudamericano.
Meses después la Federación Argentina de Atletismo, exigió las marcas mínimas a los pretendientes a un sitio en la representación argentina y Angel quedó automáticamente integrado a la delegación argentina de Los Angeles 1984, donde el físico le jugó una mala pasada y lo dejó sin competencia. Tiempo después, Angel recordaba esa experiencia.
“Aquella delegación la componían Ariel Ortega en 1.500 metros; Pablo Cáceres que participaría en los 800 metros; Laliana Arigoni en salto en alto; Beatriz Capotosto, en los 100 metros con vallas y Angel Garmendía, que se había clasificado en jabalina”, contaba Gagliano.
“En ese época no habían competencias ni a nivel continental, así que establecimos con mi esposa, Elsa Pennesi, que me entrenaba, realizar toda la actividad en Mendoza y para costearnos viajes, estadías y comida, se constituyeron varias subcomisiones y siempre estaré agradecido a lo que trabajaron. Amigos como Iván Yurcic y Ricardo Solís, además de mi esposa y el apoyo prestado por el club YPF.”, rememoraba el saltador en una nota con Más Deportes de hace 20 años.
“Viajamos con unos días de anticipación con vistas a tomar parte del último torneo preolímpico que se disputaría en San Diego. Eso fue una verdadera fiesta, ya que muchos atletas del mundo habían apuntado a la posibilidad de competir en ese evento, por lo que se había creado una gran expectativa. Uno nunca podrá saber en qué rincón está escondida la fatalidad. En el primer intento de salto, caí fuera de la corredera, que por otra parte era muy angosta y en el impacto me fracturé el quinto metatarsiano del pie derecho. De pronto se me hizo la noche. Me trasladaron en la ambulancia a la Villa Olímpica, radiografía para determinar la gravedad de la lesión y luego una bota de plástico, flexible y liviana, pero descartando ya la posibilidad de tomar parte de la competencia”.
Después de 1984, Gagliano se recuperó de la lesión para seguir un tiempo más en la alta competencia. Luego sintiendo encendida su pasión por el atletismo, fue una activo dirigente de su querido club YPF y entrenador junto a su esposa, de los equipos que representaban a Mendoza en los Juegos Binacionales.
Como ícono de nuestro deporte, fue uno de los encargados de prender el pebetero en la pista de atletismo del Malvinas Argentinas en el 2012.
Una gloria del deporte
Elsa falleció hace casi tres años, pero siempre está presente en el ámbito del atletismo local. Sus alumnos se deshacen en elogios cada vez que la mencionan.
Elsa Pennesi tenía su cátedra en el Instituto de Educación Física para empapar de atletismo a los alumnos, futuros profesores.
Como deportista batió récords nacionales y por ello la Comede la premió como una de las Glorias del Deporte mendocino en el 2012.