"Mi lugar en el mundo es Mendoza, y mi casa es mi búnker", dice Gabriel Canci al pasar, mientras nos muestra su jardín. Señala y enumera: un jazmín, un pomelo rosado, un limón de las cuatro estaciones, una retama, una piscina (que destaca en medio del césped) y, detrás de ella, una estatua de Buda, plateada. Es un amuleto de protección, en la casa de alguien que, desde que descubrió a Ravi Shankar y su fundación, El Arte de Vivir, sintoniza con el universo. "Ese Buda me lo regaló Ana Laura Nicoletti, la Turca", aclara.
En estos días, lejos de la relajación veraniega, la agenda de Canci se ordena de reunión en reunión, sin parar. ¿La razón? Son las semanas previas a Vendimia Para Todxs, la fiesta que Gabriel Canci Difusión produce desde hace 13 años, que se hace en Arena Maipú desde hace 8, y que ya tiene una historia de 25 ediciones.
Haciéndose un hueco en su agenda, recibió a Los Andes en su casa, a la que fuimos con una doble misión. Por una parte, dar un primer anticipo de cómo será Vendimia Para Todxs, el próximo 14 de marzo; y por otra, adentrarnos en su intimidad. Ese mundo que pocos tienen oportunidad de conocer.
Ya sentados en el comedor, sobre una maciza mesa veteada de distintos mármoles, nos habla sin poses ni distancias. Invita una copa de espumante (Let me in my Queen, el único con sello LGBT del mundo, que producen sus amigos Gabriela Bertone y Jorge Ise Gelsi). Primero, con franqueza, aclara: "Una cosa es la persona, y otra cosa el personaje", mientras nos ofrece unas masitas dulces. Y en efecto, son dos caras que él maneja en dosis justas desde siempre, pues más tarde nos dirá: "Nací arriba de un escenario".
El Gabriel Canci que nadie conoce es una persona familiera, que adora ante todo a sus padres y su hermano, Fernando, quien además es su coequiper en el día a día. Siente respeto por sus raíces y cuando discute, admite que “grita como un tano”. “Además Najar, el apellido de mi mamá, es árabe y significa ‘suerte’”, advierte. Esa es la predestinación que tuvo el ex alumno de “Señorita maestra”.
Canci se ocupó de que su casa sea, ante todo, un lugar energético. Todos los días dedica al menos 15 minutos a meditar (hace respiración hindú), tiene rutina en el gym. A la hora de hidratarse, prefiere el agua, los jugos naturales, y el alcohol es un "permitido".
"No me considero católico, sino cristiano. Y desde que conocí El Arte de Vivir, mi vida cambió. Yo siempre fui muy energético, pero también siempre fui ansioso, pasional y severo; conmigo y con los demás. Esto me bajó mil cambios. Aprendí a tomarme las cosas desde un lugar de tranquilidad. Sin eso no podría hacer todas las cosas que hago", explica.
Y en su "búnker" quiso dejar esta huella. Comprada hace dos años en el corazón de la Cuarta Sección, remodeló la casa según su gusto. ¿El estilo?: escenográfico. Sus amigos le dicen que entrar al living es como estar en un set de filmación. Es dramático, extravagante; barroco e hipermoderno: ecléctico. Pero al mismo tiempo se preocupó de que hubiera atmósferas y calidez, como en un santuario. "Yo soy de la idea de que cuando comprás una casa para remodelarla lo ideal es estar en esa casa y empezar a vivirla en la forma que era, e ir evolucionando con ella. Es una evolución en conjunto. Las paredes y cada mueble tienen energía", piensa Canci, quien se preocupó del interior según las leyes del Feng Shui: "A través de las ondas y lo que es circular, la energía fluye", explica.
Sobre todo, en la casa hay luces. Lámparas de techo (en el living, una suerte de platos de cristal; en su pieza y los baños, arañas barrocas), lámparas de pie, decenas de dicroicas, luces difusas por todas partes que cambian en intensidad y también de color.
-¿Por qué tantas luces?
-¡Nací arriba de un escenario, las luces son parte de mi vida! Lo importante es que la luz te ilumine y que no te encandile. Creo que en mi casa las luces deslumbran, porque cada ambiente tiene su personalidad y habla también de mí.
“Me gusta mucho el cristal porque tiene la propiedad no solo de transmitir la luz, sino de transformarla. Cuando la luz pura pasa a través de un cristal, se transforma en un arcoiris. Todo tiene que ver con todo”, dice con una sonrisa.
Y además de luces, hay espejos. Nos deja, sí, pasar a su habitación. En el vestidor abre los placares (gigantes, corredizos y por supuesto espejados). Ve en los espejos también una cuestión energética.
¿Contó Gabriel Canci cuántos trajes tiene? Que no, nos dice mientras se cambia de ropa para otra foto. Sí nos revela que ordena trajes, camisas y pantalones por tonos y colores.
“¿Obsesión?”, preguntamos. No, practicidad: “Siempre estoy haciendo cosas y no tengo mucho tiempo para vestirme. Si ordeno la ropa así es más sencillo”, confiesa, sacándose el conjunto de camisa y short de seda diseñados y comercializados por La Hermandad, su marca. Del lado opuesto, sobre sus decenas de pares de zapatos (muchos protegidos pulcramente en cajas o bolsas), está la mesa con sus cosméticos. Destacan un perfume de Dior (Sauvage) y el Loewe 7. “Mi favorito”, admite, mientras nos invita a ver su cama king size, apoyada sobre el abarcador respaldar de capitoné.
Gabriel quiere ponerse una bata que tiene bordado su nombre y un bóxer contrastante. Queremos que se tire en su sillón y le dé la bienvenida al lector a su hogar. "En mi casa, siempre ando en bata", confiesa.
No tiene problemas en admitir que está soltero, que nació hace 50 años y que, si hay lomo, hay que mostrarlo. Posa con paciencia, mientras Valentino y Felipe (sus perritos malteses) le saltan alrededor. Prueba diferentes ángulos y miradas. Felicita al fotógrafo por el tiempo y la dedicación. Al pasar, como si no hubiera entregado ya todo de sí en esta nota, agrega que tampoco le importaría posar desnudo. Sonríe con carisma a flor de piel y desprejuicio, como siempre lo conocimos.
Vendimia Para Todxs 2020
Canci anticipa que este año la puesta será fuerte e interesante, con una escenografía totalmente distinta a la del año pasado. La cita es el sábado 14 de marzo en Arena Maipú. Esta vez, el espectáculo será un homenaje a los íconos gay de la cultura latina, desde Gloria Trevi a Gilda, pasando por un homenaje a Federico Fellini (por su centenario de nacimiento) y una gran producción, que incluye escenarios a ocho metros de altura, un ascensor a diez y muchos metros de luces Led. En el escenario principal se alternarán dj's, la presentación especial de Johana Rodríguez y un show con 50 artistas en escena e invitados, como Facundo Mazzei. La conducción estará a cargo de Jay Mammón y Canci. El domingo 9 inicia la venta de entradas. Los clientes de Los Andes Pass tienen un beneficio exclusivo de 2 entradas al precio de 1 (desde los $800)
Desde el 2003 el Gobierno de Mendoza la oficializó declarándola de Interés Turístico y Cultural por la entonces, y actual, ministra Mariana Juri. En 2013, el Ministerio de Turismo de la Nación expuso a la Vendimia Para Todxs de Interés Turístico Nacional.
