Los recientes ataques anarquistas obligaron al Gobierno nacional a extremar de manera anticipada las medidas de seguridad para la cumbre del G20, por lo que ayer ya se activó un estricto escudo de control aéreo que autoriza el derribo de aviones y se intensificaron los operativos en las fronteras, principalmente en la región norte.
La decisión de Mauricio Macri es no perder ni un segundo en el despliegue de las fuerzas para evitar cualquier acción que pueda opacar o poner en riesgo el encuentro de los principales líderes mundiales, que se realizará entre el próximo viernes 30 de noviembre y el sábado 1 de diciembre, en la Capital Federal.
En ese contexto, fuentes oficiales confirmaron a este diario que los pilotos de la Fuerza Aérea iniciaron los entrenamientos de combate en el marco del Ejercicio Integrador, cuyo objetivo este año es prepararlos para blindar los cielos durante la cumbre.
Ayer el Presidente firmó el decreto 1054/2018 (que modifica el artículo 5 y 9 de la Emergencia de Seguridad Pública), con el que ordenó iniciar el "apoyo al operativo fronteras y al fortalecimiento del control de la defensa aeroespacial por parte de otras jurisdicciones del Estado Nacional".
Concretamente, la orden es actuar cuando se detecte una aeronave sospechosa (que vuele debajo del mínimo de altitud, de forma errática o que realice maniobras agresivas) y que no cumpla con las instrucciones de los Servicios de Control del Tránsito Aéreo.
Inmediatamente se enviará un escuadrón de la Fuerza Aérea para escoltar a la aeronave identificada hasta que se concrete su aterrizaje. Pero además, en los casos más extremos, también se habilitará el uso de la fuerza como una acción de "último recurso", según se aclara en el decreto.
Aunque el control del espacio aéreo dependerá exclusivamente de las fuerzas locales, las tareas contarán con la asistencia de los Estados Unidos, que pondrán a disposición un buque con radares, un avión con sistema Awacs (de vigilancia y alerta temprana) y otros equipos para custodiar los cielos.
Paralelamente, los Estados Unidos improvisarán una base en Uruguay para garantizar la seguridad del presidente Donald Trump, durante su visita oficial a la Argentina.
No se descarta que el despliegue militar de los Estados Unidos sea aún mayor porque el secretario de Defensa de ese país, James Mattis, y el ministro de Defensa, Oscar Aguad, analizaron, durante una reunión que mantuvieron a mediados de agosto pasado, la posibilidad de que uno de los portaviones estadounidenses se acerque a la zona por el océano Pacífico para reforzar el operativo.
Por lo pronto, los pilotos argentinos avanzan con los entrenamientos para sumarse al escudo aéreo y al operativo de control de fronteras durante la cumbre del G20. Las maniobras se realizan en las bases de Tandil y de Villa Gesell, con Fightinghawk, Pampa, Pucará, helicópteros Bell 412, y hasta Hércules.
La nueva normativa entró en vigencia ayer e instruye también a las fuerzas de seguridad a reforzar los controles fronterizos y, particularmente, la radarización de toda la franca del norte del país.
La presencia militar en la frontera norte se incrementó a fines de julio, cuando Macri oficializó la reforma del Ejército. La primera acción fue enviar 400 soldados para custodiar los puntos más calientes y las zonas de paso del narcotráfico. Fuentes oficiales indicaron que, actualmente, son más de 500 los uniformados afectados en ese operativo.
Para el Gobierno nacional, los ataques que perpetraron grupos anarquistas en los últimos días (contra la tumba del coronel Ramón Falcón en el cementerio de la Recoleta y contra el juez federal Claudio Bonadio) están asociados con la cumbre del G20. Incluso otro de los eventos que elevó las alarmas fue la interferencia que provocó un piloto privado en las comunicaciones del Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery.
La cumbre del G20 reunirá en Buenos Aires a los principales líderes globales. Además de Trump, se prevé la presencia de los presidentes de la República Popular de China, Xi Jinping; de Rusia, Vladimir Putin; de Francia, Emmanuel Macron; de Japón, Shinzo Abe; de la canciller alemana, Angela Merkel y de la británica Theresa May, entre otros.
Londres bajó el riesgo de alerta para la Argentina
En un cambio de status de sus reglas a viajeros que vengan a la Argentina, el Reino Unido bajó su alerta de riesgo de ataques terroristas en la Argentina. La semana pasada, la publicación del llamado Travel Advice, que se elabora en Londres señalaba: "Es muy probable que los terroristas traten de llevar a cabo ataques en Argentina. Los ataques pueden ser indiscriminados".
Ahora, en la publicación se dice que es "probable" y no "muy probable", un gesto que evidentemente es fruto de la conversación entre servicios de inteligencia internacionales.
El Gobierno argentino se había mostrado molestó con la publicación y la frase "muy probable" en los días previos al G20 en Buenos Aires, al que asistirá la primer ministro Theresa May.
Pero los ataques violentos de anarquistas, y las detenciones de sospechosos de vínculos y militancia extremista, dieron razón a los servicios británicos que muestran tener penetración de primer nivel en Buenos Aires.
Por su parte, el embajador Mark Kent, señaló la opinión del gobierno británico sobre la organización y la seguridad en el G20: "Tenemos mucha expectativa por la cumbre del G20 en Buenos Aires y creemos que la Argentina está manejando la seguridad de la cumbre de manera muy profesional. Celebramos que exista mayor cooperación bilateral en materia seguridad entre el Reino Unido y la Argentina, tal como fue establecido en el memorando de entendimiento firmado en mayo."