La inauguración del estadio cubierto de la Villa Olímpica era la excusa perfecta para presenciar el mejor futsal del mundo. La expectativa era grande. Y no era para menos.
De un lado, la selección argentina plagada de mendocinos ante su par de Colombia, el bicampeón del mundo (2011 y 2015) y con el mejor jugador del mundo entre sus filas. La fiesta estaba armada desde temprano. Y las más de 8 mil personas disfrutaron de un espectáculo brillante, con todas las luces.
Es cierto, el primer tiempo fue de estudio, de análisis. Duelo demasiado táctico, mucha marca, pocos espacios, escaso margen de error y situaciones contadas con los dedos de una mano. El futsal de alto nivel es así.
Argentina, con su clásico sistema (poste, dos alas y pivot) y dos mendocinos desde el inicio (Albertini y Mescolatti) fue de menor a mayor. Ante la Colombia de la rotación permanente, del concepto y la movilidad como único sistema, la albiceleste tuvo mayor posesión y contó con las situaciones más claras.
Los cafeteros esperaban y salían rápido. Eso sucedió en el minuto 5, cuando Pinilla dibujó una pisada de ensueño y dejó solo a Orjuela, quien remató desviado. El equipo de Ariel Avvedutto comenzó a mover el banco en busca de mayor agresividad. Y así fue como a los 11’ Antiveros dejó solo a ‘Pepe’ Parada, pero el de Regatas se resbaló y cayó justo cuando iba a sentenciar a García.
Sobre los 17’, Colombia perdió la pelota en la salida, ‘Gata’ Fernández quedó mano a mano, pero definió con mucha violencia y el balón salió por arriba. Clara.
Pero el aluvión de Argentina no terminó allí. A los 18’, Renzo Grasso robó el balón ante Abril, se fue contra el área y definió cruzado pero tapó García. El árbitro retrotrajo la jugada, marcó la falta y amonestó al 8 colombiano. Segundos más tarde, Pinilla salvó en la línea el gol del Chelo Mescolatti.
Argentina siguió siendo mejor en el inicio del complemento. Avvedutto salió a la cancha con un quinteto mendocino: Pérez, Grasso, Pires, Fernández (luego Páez) y González. La celeste y blanco teñido de borravino. Orgullo provincial. A los 7’, el Chelo Mescolatti armó un hermoso slalom a pura pisada, recibió la falta cerca del área colombiana. Ante una barrera poblada (tres hombres), Antiveros tocó para Tapia y este fusiló de zurda a García. Explotó el Gigante.
Argentina no se relajó. Todo lo contrario: presión alta, marca hombre a hombre, suela y rotación permanente. El talento de Pinilla aparecía solo en cuentagotas y el campeón lo sufría. Desde el arco, Fede Pérez le dio mayor fluidez al juego argentino y el segundo gol estaba al caer. El partido se hizo más friccionado, con más faltas que en la primera parte. De hecho, los dos terminaron con 5 faltas.
No obstante, el partido siguió siendo dinámico. Vente perdió el empate Pinilla dibujó un jugadón y no recibió la devolución si no estaba el empate. Argentina lo pudo liquidar de contra. Politti, Antiveros y Grasso lo tuvieron en tres oportunidades ante una Colombia que no se rindió hasta el pitazo final de los colegiados.
Festejado triunfo de Argentina en el desafío mundialista, una serie de cuatro partidos de preparación al Mundial que se jugará en Misiones en marzo de 2019. El primer chico se quedó en Mendoza.