Fútbol y negocios sucios en el barro de las Caimán

Una trama que involucra a altos dirigentes de esas islas con coimas y sobornos en los que están involucrados los empresarios argentinos.

Fútbol y negocios sucios en el barro de las Caimán
Fútbol y negocios sucios en el barro de las Caimán

Los pollos se escabullían mientras una topadora desparramaba la piedra hecha añicos para un nuevo campo de juego de fútbol, con césped artificial, en la Asociación de Fútbol de las Islas Caimán.

Parecía improbable que la FIFA hubiera gastado US$ 2,2 millones desde 2002 para construir una nueva sede central para la asociación del fútbol y para financiar dos campos de juego, dado que los terrenos eran pantanosos y un campo con césped luchaba por existir en condiciones insalubres.

La generosidad de la FIFA podría parecer aún más improbable, considerando que las Islas Caimán, un paraíso fiscal y turístico del Caribe, están en el puesto 191º entre las selecciones de fútbol del mundo. Nunca jugó un Mundial. Y toda la población de las islas, unos 58.000 habitantes, ni llegarían a llenar los estadios de fútbol más grandes del mundo.

En la FIFA, aún el país más pequeño tiene el mismo poder de voto que el más grande. Las Islas Caimán se transformaron en algo central para un escándalo de corrupción y sobornos que envuelve al fútbol. Jeffrey Webb, presidente por largo tiempo de la Asociación del Fútbol de las Islas Caimán y presidente de la Concacaf, fue uno de los 14 acusado por Estados Unidos. Su adjunto, Costas Takkas, también fue procesado.

Alguna vez considerado como un presidente potencial de la FIFA, Webb está acusado de pedir y recibir sobornos por varios millones de dólares de las empresas de marketing deportivo que adquirieron y revendieron los derechos de trasmisión, comercialización y patrocinio a los torneos regionales. Webb, de 50 años, lucha contra la extradición desde Zurich, donde fue detenido. Fue reemplazado como presidente de la Concacaf; su caída sorprendió y dejó en una situación embarazosa a muchos en las Islas Caimán y en todos lados.

Alto y atlético, Webb tenía una manera subestimada que le otorgaba una cualidad atractiva de aparente reformista, afirmaba Stephen Sigmund, un consultor sobre temas públicos de Nueva York que asistió a Webb en el asesoramiento sobre medios, la redacción de discursos y la publicidad en 2012. Incluso en el escándalo, las Islas Caimán en algunos aspectos son tan poderosas como Alemania, Argentina, Brasil u otra potencia del fútbol en el mundo. Al igual que las otras 208 federaciones nacionales, tiene un voto en la elección cuatrienal para presidente de la FIFA.

Jugando a la política

La estrategia de Blatter de democratizar el fútbol y construir su popularidad en el mundo –le asignó al Mundial 2010 a Africa, donde nunca se habían realizado los Juegos Olímpicos– también incluyó un componente político astuto.

Desde 2008, la FIFA envió subsidios por un valor de US$ 1,8 millones a las Islas Caimán para construir dos estadios. Siete años después, sin embargo, el primero de ellos está a semanas de ser terminado. El proyecto fue parte de un plan de Webb para fortalecer el fútbol en las Islas Caimán con un centro de entrenamiento de última generación. Y Blatter apenas podía ignorar a Webb, especialmente cuando Webb se convirtió en el presidente de la Concacaf en mayo de 2012. En ese cargo, Webb presidía un grupo de 35 naciones miembro de la FIFA – aproximadamente un 17% de los votos locales en la elección presidencial de la FIFA.

Finanzas tenebrosas

Entre los 14 funcionarios del fútbol y el marketing procesados estaba el triniteño Jack Warner, un ex presidente de la Concacaf en desgracia, acusado entre otras cosas, de recibir un pago por US$ 10 millones para influir en la votación de la Copa del Mundo 2010, que le fuera adjudicada a Sudáfrica.

Más o menos en la época en que Webb fue elegido en mayo de 2012, según su procesamiento, pidió un soborno de US$ 3 millones a Traffic Sports USA, firma de marketing deportivo de Miami que compró los derechos de trasmisión de las eliminatorias en el Caribe para los Mundiales de 2018 y 2022.

Se usó un esquema intrincado para ocultar la identidad de Webb como verdadero beneficiario del dinero del soborno, dijeron las autoridades. Parte del dinero se pagó a la cuenta de un contratista que construyó una piscina para Webb en una residencia de su propiedad en Loganville, Georgia.Takkas, un griego-chipriota que vive en Gran Bretaña, parecía ser el protector de Webb y era “amigable aunque sondeable”, dijo Sigmund, el consultor en temas públicos.

Webb solicitó otro soborno por $1,1 millón de Traffic Sports USA en 2012, dice el procesamiento, involucrando a los derechos comerciales a la Concacaf de la Copa de Oro y la Copa de Campeones.

En un intento por ocultar el soborno, dijeron las autoridades, se usó una factura falsa para hacer parecer que el dinero se le pagaba a una firma panameña que fabricaba uniformes y pelotas de fútbol.

En 2013, cuando Traffic Sports USA recibió un contrato por un valor de US$ 60 millones para los derechos exclusivos de patrocinio de la Copa de Oro y la Liga de Campeones de la Concacaf, Webb pidió otro soborno de parte de la empresa, según aparece en la acusación.
"Aunque Webb quería más, las partes al final acordaron US$ 2 millones como el valor del pago por el soborno", según la acusación.

Eventualmente, algunos de los involucrados comenzaron a expresar preocupación sobre el pago de sobornos. En una reunión en Queens, en marzo de 2014, dice la investigación, Aaron Davidson, presidente de Traffic Sports USA, se preguntaba en una conversación que aparentemente fue grabada: “¿Es ilegal? Es ilegal. En el cuadro general de situación, una empresa que trabajó en esta industria durante 30 años, ¿está mal? Está mal.”

Davidson está entre los procesados el miércoles. Aparentemente, en la misma reunión de marzo de 2014, también planteó la cuestión de un soborno a pagar a Webb por otra empresa de marketing deportivo, Datisa, según la acusación.

Ese era parte del esquema mayor descripto por las autoridades: un plan de Datisa para pagar US$ 110 millones en sobornos a una cantidad de funcionarios de Sudamérica y a Webb para obtener los derechos comerciales de uno de los torneos más prestigiosos del mundo, la Copa América.

El 1° de mayo de 2014, los funcionarios jerárquicos de Datisa se reunieron en el Sur de Florida y hablaron del esquema de sobornos. Uno de los funcionarios, el argentino Alejandro Burzaco, les dijo a los otros. “Todo se puede arruinar por este tema”. Y agregó: “Todos nosotros podemos ir a la cárcel”.

La reacción en el mundo

El vicepresidente de la Asociación de Fútbol inglesa, David Gill: "Naturalmente, recibo la noticia como un importante primer paso de la FIFA en el camino a las reformas apropiadas. Como lo anuncié tras las elecciones en el Congreso, simplemente no podía aceptar el trabajar en el Comité Ejecutivo al lado de Blatter. Respeto su decisión y me complace que se haga a un lado y exista una clara determinación para un cambio verdadero al interior de FIFA. Esto me permite reconsiderar mi postura".

El defensa del Manchester City y la selección de Bélgica, Vincent Kompany: "Blatter no fue el único responsable, muchos más deben seguir sus pasos. Transparencia y una reforma electoral, y luego recuperar la ética".

Simon Johnson, líder del proceso de candidatura fallida de Inglaterra para albergar el Mundial de 2018: "Quiero que se conozcan todos los hechos sobre las candidaturas. Si hubo justicia y transparencia, bien, buen trabajo. Si se sabe que hubo comportamiento inapropiado de cualquier forma, entonces debemos evaluar si se reabren los procesos".

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