Si bien la situación comenzó a explotar cuando Paco Pérez sacó el decreto de que todos los clubes de Mendoza debían pagar la seguridad en los partidos, esta situación viene desde hace tiempo largo.
Hoy en nuestra provincia la policía es la que maneja los destinos deportivos y económicos de nuestros clubes y hemos entrado en un camino que tiene como fin la quiebra de una actividad muy ligada al ADN nacional.
Clubes e hinchas son rehenes de las decisiones de la gente de seguridad. Así se juega el día y a la hora que la policía quiere, con el perjuicio que ello trae aparejado.
Hasta el año pasado, como el gobierno pagaba la seguridad, no había mucho de qué quejarse, pero este año la situación cambió y, además de acatar las disposiciones, hay que desembolsar una suma que los clubes necesitan recuperar con las recaudaciones que la misma gente de la seguridad le prohíbe concretar porque la mayoría de los partidos hoy se juegan sin público visitante. ¿No hay acá una incongruencia? Porque obligan a pagar por un servicio que no están en condiciones de prestar.
La Liga ya anunció que no comenzará su torneo doméstico y el lunes ya se suspendió el partido entre Rivadavia y Andes Talleres por la imposibilidad de los del Este para hacerse cargo del operativo.
La pregunta es ¿por qué no ocurre lo mismo con los espectáculos musicales por ejemplo? Si uno quiere traer a un grupo tal día y horario y paga la seguridad, nadie me prohíbe el ingreso de cierta gente, ni mucho menos intentan cambiarle la fecha.
Lo peor de esta situación es que el cierre de los clubes trae aparejado que muchos jóvenes pierdan una contención social, con lo que el gobierno sumará problemas más importantes. Los clubes albergan a cientos de jóvenes.
La verdad es que la situación es alarmante. Mientras desde el gobierno se piensa en los mega espectáculos como el River-Boca, la visita de Los Pumas o el paso del Dakar, como dijo Paco Pérez el sábado, los clubes de la provincia comienzan a pensar en dedicarse a otras cosas.
Dar seguridad al fútbol significan 15 millones de pesos al año a la provincia, según dijo el ministro de Deportes, Marcelo Locamuz, un "gasto" que se paga ampliamente con la contención social que dan las instituciones.