La próxima temporada del fútbol argentino está claramente alejada de un concepto de cambio revolucionario en sus estructuras con el fin de favorecer el crecimiento de los clubes y – sobre todo – la mayor participación de las entidades afiliadas directa e indirectamente a la AFA. Bajo eufemismos tales como "federalización del fútbol" o "apertura democrática a cada región futbolística del país" se esconde la raíz de un problema vinculada a la financiación del torneo de 30 equipos, el cual parece estar más alineado con las políticas que parten desde la Casa Rosada u Olivos antes que de Viamonte al 1300.
Idas y vueltas, marchas y contramarchas, afirmaciones de un día que se mezclan con refutaciones posteriores de la misma voz que las impulsó y un tufillo propio de intrigas palaciegas que tienen un denominador: cuánto le quedará a cada uno de los participantes en el reparto de las sumas que bajan desde Balcarce 50. Ya no está Julio Humberto Grondona para actuar como mediador a partir de su sagacidad y muñeca política, sino que las líneas sucesorias se multiplican conforme pasan las semanas y así los acuerdos de un momento se convierten en desacuerdos en cuestión de horas. Este 2015 que se avecina promete una saga de tintes cinematográficos, cuando no una comedia de enredos en capítulos y sin un final cercano.
Para empezar, de los 30 participantes en el campeonato de Primera División, sólo 3 no pertenecen a la región pampeana: Godoy Cruz y San Martín de Juan, quienes representan a Cuyo, mientras que Crucero del Norte lo hace con la Mesopotamia. El resto, evoca al viejo campeonato Metropolitano, ya que el número proveniente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires más la Provincia de Buenos Aires y Santa Fe se lleva 27 lugares.
Veamos el siguiente listado, a modo de referencia ilustrativa:
Boca Juniors, River Plate, San Lorenzo, Vélez Sársfield, Huracán, Argentinos Juniors y Nueva Chicago son los 7 de la Capital Federal; Independiente, Racing, Banfield, Tigre, Témperley, Arsenal, Defensa y Justicia, Quilmes y Lanús se suman desde el Gran Buenos Aires; Estudiantes y Gimnasia, de La Plata; Aldosivi, de Mar del Plata; Sarmiento, de Junín y Olimpo, de Bahía Blanca. En total, 21.
De territorio santafesino, Central y Newell's llegan desde Rosario; Colón y Unión, de la capital provincial y Atlético Rafaela suma el quinto representante.
Córdoba, por cercanía geográfica, también puede sumarse a este conglomerado, a partir de Belgrano como representante.
Como el Tomba y el "Verdinegro" aportan desde la región cuyana y el "Colectivero" lo hace desde suelo misionero, la cantidad de provincias sin ningún representante en la máxima división del fútbol de la "A" alcanza a: Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Corrientes, Entre Ríos, San Luis, La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego; en consecuencias, 17 zonas geográficas de la Argentina sin incidencia en el campeonato más importante a nivel nacional.
Aún en vida, Grondona estaba convencido de que la concreción del proyecto de “el PRODE bancado” iba a solucionar los problemas financieros y que de esta manera no habría motivo para depender casi exclusivamente de los fondos gubernamentales. Esta herramienta quedó en la nada. No se sostuvo la idea base, la cual terminó cayéndose por peso propio. Lo mismo sucedió con el giro de divisas hacia los clubes, quienes – sin embargo – año tras año presentan un pasivo más abultado que en la temporada precedente. Por entonces, en 2009, cuando se implementó “Fútbol para Todos”, se sostenía que ningún club podía participar de los campeonatos en el caso de que no hubiera cancelado deudas. Demás está decir que no pasó cosa semejante, sino todo lo contrario.
Lo llamativo, también, es que esta competencia de una treintena de clubes sólo se disputará durante el año venidero. Con el formato de todos contra todos, no habrá descensos de categoría antes de que se desarrollen las elecciones presidenciales y también las de renovación de autoridades en la AFA. El humor social no sufrirá alteraciones ni se registrarán los auténticos dramas existenciales que se daban en la Argentina durante junio/julio de cada año, cuando se definía qué equipos deberían jugar en una división inferior a Primera en la temporada siguiente. Es más, en 2015 sólo habrá dos descendidos durante el primer fin de semana de noviembre, cuando ya se haya realizado el acto eleccionario a nivel nacional, previsto para el 25 de octubre.
Ya en 2016, como por arte de magia habrá desaparecido el efecto amontonamiento de equipos para ir reduciendo paulatinamente el número de participantes. Para que esto sea posible, volverá a haber otro torneo de transición, parecido al que se acaba de disputar en el segundo semestre de este 2014. Lo que sí mutará es el tema clave de los descensos, ya que serán tres los que bajarán a la B Nacional y sólo uno ascenderá desde la máxima categoría de ascenso.
Así, se retomará el formato de temporada agosto de un año a junio del otro, en este caso para la 2016/2017. Aquí, habrá 4 descensos y 2 ascensos, lo cual se repetirá sucesivamente en la 2017/2018 y la 2018/2019. Conforme a este sistema, la 2019/2020 alcanzará el número de 22 participantes, lo cual hoy es considerado en la AFA como el ideal para la Primera División.
Tantos cambios en 2015 para ir retrotrayendo la situación paulatinamente rumbo a 2019 se explican exclusivamente por el factor económico. No puede entenderse de otra manera, cuando sucesivas reuniones de los integrantes del Comité Ejecutivo fueron provocando desgaste en las ideas originarias, a la vez que se produjeron realineamientos políticos conforme a la conveniencia del momento.
Si supuestamente se favorecen los clubes denominados tradicionalmente chicos en desmedro de los grandes es una hipótesis que aún no está en proceso de ser comprobada. Al no jugarse en dos ruedas – sólo se repiten los clásicos – el fixture del torneo dejó a varias entidades sin la chance de asegurarse la recaudación como local frente a Boca o a River, algo que implica una pérdida de ganancia eventual significativa para la mayoría de los participantes.
Más que Fútbol Federal podría emplearse la expresión Fútbol Gatopardista: cambiar algo en la forma para que nada cambie de fondo. O también, mucho para pocos y poco para muchos.
Por Fabián Galdi fgaldi@losandes.com.ar