En un hecho histórico, la CTA kirchnerista que lidera Hugo Yasky dio ayer un primer paso hacia su reincorporación a la CGT a 28 años de su separación. La decisión apunta a la unificación de la casi totalidad del movimiento obrero, en línea con el pedido que hizo el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández.
Presente como el invitado central al cierre del congreso nacional de la CTA que se realizó en el microestadio del club Lanús, en el sur granbonaerense, Fernández celebró la decisión de la central que se aprobó por unanimidad de los delegados regionales llegados desde todo el país. Para ello equiparó "el gesto de grandeza" de la CTA con la decisión que tuvo la ex presidenta y senadora Cristina Fernández de dar un paso al costado y designarlo a él como el candidato presidencial.
"Ni yo entendí su estrategia, pero hay que reconocer que tuvo razón Cristina y tuvo una enorme grandeza, y más grandeza acompañarme a mí. Pero esos son los dirigentes que nos hacen falta", dijo, ante un estadio colmado de militantes que tuvo un final de acto de campaña, con escenario incluido en la semipeatonal calle principal, donde varios miles de personas siguieron los discursos por una pantalla gigante.
Antes, sobre el final de su discurso, Yasky hizo tres mociones que fueron aprobadas "por unanimidad" de los delegados, entre ellos la cordobesa Olga Sayago, al frente de un grupo de 30 sindicalistas de la provincia. La primera de ellas fue darle mandato a la conducción de la CTA de los Trabajadores, como realmente se denomina esa facción, a "iniciar un proceso de unificación con la CGT". Desde las tribunas bajó el cántico "Unidad de los trabajadores, y al que no le guste se jode".
La segunda fue también facultar a la conducción a participar de "la convocatoria al diálogo para ir hacia la concertación social", como postuló hacerlo Fernández si es presidente. Y la tercera, de respaldo a la fórmula electoral de Todos, tras una consideración que hizo Yasky atento a que desde sus orígenes la CTA se fue de la CGT, en 1991, tanto por su rechazo a la política de Carlos Menem, como también para un modelo sindical que no fuera parte de partido político alguno. "Independencia de clase no es neutralidad, menos cuando hay dos proyectos en pugna", dijo Yasky, al fundamentarla.
También con ese propósito el líder de la CTA invitó a sumarse al jefe de la otra CTA, Pablo Micheli, presente en primera fila entre los invitados, pero no en el palco. Y recordó que la unidad del sindicalismo "se impone" atento a la unidad que logró el peronismo (tuvo un elogio reconocido por la tribuna al presidente del PJ, José Luis Gioja) para terminar por confluir en el Frente de Todos. Recordó al respecto que en la Mesa de Acción Política del PJ durante este año confluyeron dirigentes sindicales de distintas facciones: Héctor Daer, cosecretario general de la CGT; el mecánico Ricardo Pignanelli y el camionero Hugo Moyano, del Fresimona (Frente Sindical para el Modelo Macional); y el propio Yasky.
Después de definir de “histórica” la decisión, Yaski no dejó de recordar que la CTA tuvo un comportamiento distinto al de la CGT respecto del gobierno de Cambiemos “desde la misma semana siguiente” a la asunción de Macri. Pero no cargó las tintas. Ninguno de los integrantes del consejo directivo de la CGT estuvo en el palco, salvo el de encargado de edificios, Víctor Santa María. En cambio sí lo hicieron Hugo y Pablo Moyano; el bancario Sergio Palazzo y el canillita Omar Plaini, ambos también del Fresimona; y el mecánico y segundo del Smata, Paco Manrique.
Yasky flanqueó a un lado a Fernández, que a su izquierda tuvo a Máximo Kirchner. El diputado y candidato a reelegirse llamó a redoblar esfuerzos "para sacar una mayoría lo más amplia posible" el 27 de octubre que necesitará un eventual gobierno de Todos ante una situación que tanto él, como Yasky y Fernández, coincidieron en definir de "muy difícil".
Completaron la primera fila el diputado Felipe Solá; la candidata a vice gobernadora bonaerense Verónica Magario (el candidato Axel Kicillof envió un videomensaje desde su Clío); su equivalente porteña Gisella Marziotta, y el candidato a intendente de Lanús, Edgardo Depetri, a la vez que uno de los 132 fundadores, en 1991, de la CTA hoy camino de regreso a la CGT.
Sin dar precisiones acerca de cómo instrumentará sus propuestas electores, Alberto Fernández fustigó a Macri porque "el daño" que le produjo al país es equivalente al de la salida de la convertibilidad, en enero de 2002, y lo hizo con datos.