A pesar de que es conocida como una de las zonas "coquetas" de la provincia, el distrito lujanino de Chacras de Coria no se salva de la inseguridad. Muchos residentes y comerciantes del lugar se quejan y piden más controles y prevención, mientras otros se resignan y optan por mudarse.
Un vecino de calle Larrea y Beltrán, que vive apenas a 300 metros de la comisaría 30, lleva un registro lamentable de la cantidad de situaciones en las que ha sido víctima de los delincuentes. "Me han robado 15 veces en un año":
Este hombre, dedicado a la actividad comercial en el departamento, prefiere resguardar su identidad por temor y seguridad. "No vivimos bien, no estamos para nada tranquilos. Tenemos cerca el asentamiento Valle Encantado, y creemos que muchos vienen desde ahí por las vías para cometer los robos", le dijo a Los Andes.
Además de su denuncia pública, ya hay unas cuantas causas judiciales asentadas en la dependencia policial y un descargo en su cuenta de Facebook, posteo que rápidamente se fue llenando de comentarios de personas que pasaron momentos dramáticos al igual que él.
"A mis abuelos, en la madrugada. les entraron dos ladrones y los ataron para robarles".
Los vecinos hicieron una especie de catarsis, y hasta se sumaron los de Carrodilla y La Puntilla, diciendo que ellos no están ajenos a los delitos. Resalta también el enojo de un joven de calle Viamonte, que asegura que sufrió 20 robos en el último tiempo.
“Hace 20 días me sacaron la bicicleta del auto; la semana pasada entraron otra vez. Me han llevado de todo, televisores, computadoras, plata, ya no me queda nada en la casa y no pienso reponerlo. ¿Para qué? ¿Para que me lo vuelvan a robar?”, sostuvo con fastidio el comerciante.
"A un conocido le sacaron hasta los focos... La gente está harta, incluso se está pensando en poner plata entre todos y pagar seguridad privada", agregó.
Mientras muchos dicen que esa parte de Chacras es “zona liberada”, el temor crece y a los delincuentes no los frena el aislamiento, más allá de que su accionar no es de ahora.
"Me he cansado de denunciar. Las últimas veces prefería no ir, sé que no se recupera nada".
"Vivo pegado a un muy conocido restorán, que se llenaba siempre antes de la cuarentena. No exagero, en la puerta destrozaban por lo menos 10 autos por día para sacarle algún objeto de valor de adentro", relató un hombre que toda su vida vivió a escasas cuadras del centro de Chacras de Coria.
Extreman la seguridad
Desde hace un tiempo es muy común ver por estas pintorescas calles a los dueños de las casas incrementando las medidas de protección. Instalan topo tipo de cercos, alarmas y cámaras de seguridad. Lamentablemente, no alcanza.
"Tengo todo lo que puedo en cuanto a la seguridad, pero no me he salvado. La última vez llegaba a mi casa y me encontré con cinco tipos que salían y cargaban un auto con mis bicicletas y otros elementos. Tenemos un portón automático que, directamente, lo arrancaron", relató una mujer que desde hace 44 años vive en la calle Benito de San Martín.
“La situación ha llegado al punto de que si me voy un rato, tengo que dejar a alguien cuidando. No me puedo ir ni a una cena tranquila, ni hablar cuando salís de vacaciones. Es horrible, no estás tranquila, yo me despierto en las noches sobresaltada esperando que pase algo”, añadió.
Respecto a estos cuidados, el comerciante de calle Larrea remarcó: "A mi hijos no los puedo dejar solos; tienen 15 y 12 años, los tengo que llevar siempre conmigo porque no se que va a pasar en mi casa":
"Al vecino de al lado lo asaltaron tres veces, hasta que se cansó y se fue. En una oportunidad enfrentó a los delincuentes y salió con un cuchillo. Es una locura, pero a la gente le agarra mucha impotencia. Yo soy pacífico y no comparto la violencia, pero te hacen sentir mucha impotencia", concluyó el hombre.
